Capítulo 11

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—Bueno Hoseokkie, ¿qué ha pasado?— Le preguntó Tae al mayor que lucía desanimado, tenía los ojos tristes e inconscientemente un puchero plasmado en los labios.

Tae se hincó en la cama y empezó a moverse hasta posicionarse al lado del pelicafe, quedando ambos  recargados en la pared, con las piernas extendidas y el pote de helado en sus regazos, Hoseok tenía la mirada puesta en sus manos, teniendo en cuenta que el cuerpo de Taehyung estaba muy cerca de el.

—Pues, es lo que te he dicho por llamada, TaeTae—. Giró su vista a su lado derecho, que era donde se encontraba el menor, lo vio comer tranquilamente helado, con los ojos entrecerrados.

—Lo sé, pero siempre es mejor escuchar las cosas de frente Hoseokkie, así que anda, cuéntame como si no supiera nada—. Habló, notando el intenso escrutinio que el otro le hacía, después de haberle respondido y cuando Hoseok quitó su mirada de el, los labios de Tae asomaron una sonrisilla.

—Siempre que salgo en la mañana, rumbo al trabajo, cuento las frutas que hay, pero hoy, estaban todas intactas, eso me pone nervioso y preocupado, es decir, ¿por qué? ¿Será por qué lo presioné mucho?

—No tienes porque echarte la culpa a los hombros tu solo, quizá no se sentía bien del todo, tal vez comió otra cosa o pidió comida—. Trató de consolarlo, puso una mano en su hombro, Hoseok al sentir el contacto, lo volteó a verlo y le sonrió. —Recuerda que Yoongi es como un niño chiquito, tienes que tener paciencia con el.

Ambos siguieron comiendo de sus helados en silencio, cada uno perdido en su pensamientos, el menor tenía en la mente que debería ayudar a Hoseok con el pálido, pero el problema era que parecía que Yoongi huía de todos los cercanos a Hoseok y no entendía el por qué.

Por otro lado, el pelicafe no se podía quitar la sensación que la palma cálida de Taehyung le dejó en el cuerpo, le había dado un pequeño apretón y el solo quería que lo hiciera de nuevo. Lo volteó a ver de manera disimulada y notó una mancha de helado en su mejilla, quiso quitar esa pequeña gota color rosa, sin embargo, pudo resistirse y solo apretó sus manos al rededor del bote y la cuchara.

—¿Jin te ha mencionado el supuesto plan que tiene?—Habló Taehyung después de un largo rato en silencio.

—No, no tengo ni la menor idea de que es lo que hará, solo espero que no sea tan brusco con Yoongi, no quiero que nos termine odiando.

—¿No lo hace ya?— Dice el castaño con burla, dándole una sonrisa de lado.

No escucha un reclamo por parte de su amigo, eso le extrañó pues siempre le regañaba si se trataba de una burla inofensiva hacia el pálido, así que volteó y encontró a Hoseok viéndolo fijamente, con intensidad en sus ojos que no sabía que el mayor tenía, por lo general, siempre cargaba con una expresión tranquila, o a veces le daba una mirada llena de preocupación, es por eso que aquellos orbes repletos de vehemencia, lo tenían desconcertado.

Hoseok se acercó lentamente al rostro de su amigo, observando solamente la mancha cerca de los labios de Tae, no había podido resistir más, así que cedió antes sus instintos y limpió con un dedo esa molesta gota, después de hacerlo, fijó sus ojos en los de Tae, notándolos con un brillo de sorpresa, sin pensarlo mucho, lamió su índice. Al mismo tiempo observó como el rostro del castaño se volvía rojo, sus cejas se alzaron y sus labios dejaron un espacio entre ellos, inmediatamente baja la vista hasta sus manos, aún con la mirada intensa sobre el.

El mayor se dio cuenta de lo que ha hecho, abrió  los ojos desmesuradamente, quitó al mirada del lindo sonrojo que se pintó en las mejillas de Tae, carraspeó su garganta, ahora el era el que sentía su rostro caliente y estaba seguro que le hacía competencia al del castaño.

¿Qué fue eso? Estás tonto Hoseok, lo he incomodado, ahora no se como debo de actuar, ¿como si nada hubiera pasado? No, es imposible, no puedo fingir que no me ha gustado la expresión en su rostro, y lo bonito que se veía sonrojado, demonios.

Le gustaba mucho pasar tiempo con el, tenerlo a su lado, apreciar sus sonrisas y su cara llena de emoción y exaltación cuando le comentaba lo que habían visto ese día en clases, durante el tiempo que llevaban siendo amigos, no fue capaz de profundizar sus sentimientos pues su tiempo se reducía a estar preocupado por Yoongi y el trabajo tampoco ayudaba mucho, solo le agregaba más estrés.

Aún recuerda como se conocieron, en ese momento ambos estaban en la pastelería donde Tae trabajaba, el quería comprar un pastel para su padre, pero no uno de los de la vitrina, más bien uno a pedido.

Cuando entró al local le dio un vistazo rápido, colores suaves como el rosa o el verde lima, las sillas color negras y las mesas blancas hacían un buen contraste con el lugar, el suelo era de caoba oscuro y tenía mucha iluminación, haciéndolo ver brillante, como si todo resplandeciera.

Se acercó al mostrador, a paso lento.

—Buenos días—. Le sonrió al mayor que se encontraba acomodando cosas en la caja registradora, éste le sonríe de vuelta.

—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?

—Quisiera un pastel para mi padre, estoy seguro que aquí podré encontrarlo—.  El mayor asiente mientras ve el monitor a su lado derecho.

—Hay dos opciones, puedes escoger del catálogo que ya está hecho o decirnos como lo quieres.

—Mmm, quisiera uno personalizado si no es problema—. Se rascó suavemente el brazo, pues siempre se ha puesto nervioso cuando trataba a una persona nueva en un lugar nuevo.

—Bien muchacho, si gustas ve a la oficina de por allá—. Apuntó con el dedo índice a una puerta color oscura. —En seguida enviaré al encargado de los pasteles.

Hoseok le dio las gracias de manera amable, se dirigió a buen paso, al entrar a la oficina empezó a observar a su alrededor, las paredes eran color blanco, los muebles oscuros y en un muro estaban colgados fotografías, se aceró para apreciarlas más, le llamó mucho la atención una donde se encontraba un joven de no más de 18 años, con un gorrito blanco  y una sonrisa muy particular, pues era cuadrada, pero eso no le quitaba lo bonito, bajo la imagen profesaba "KIM TAEHYUNG".

Decidió tomar asiento frente al escritorio, no sabía como pediría la torta para su padre, pues nunca había hecho algo parecido, simplemente le compraba un pastel de chocolate y era todo, pero esta vez quería que fuera diferente, su padre pasó por tiempos difíciles, no festejaba sus cumpleaños, aunque esta vez sería diferente pues pensaba llevarlo a un restaurante bonito y pasar tiempo con el.

La puerta se abrió diez minutos después, Hoseok se levantó con parsimonia y encaró a la persona que entraba.

—Buenos días, mi nombre es Taehyung—. Al verlo de cerca, no pudo evitar quedarse quieto, si bien ya lo había visto en aquella fotografía, sin embargo, no se refería a los físico, si no más bien en la energía que éste desprendía, fue un primer encuentro deslumbrante, cosa que no se lo esperaba.

—Buenos días—. Le contestó el mayor después de salir de su estupor, se dieron un breve asentimiento y ambos tomaron asiento en su respectivo lugar.

—Disculpa si he tardado demasiado, a pesar de ser el encargado sigo siendo nuevo y me dejan el trabajo de limpieza—. Le mostró una sonrisa a Hoseok, no dudó en regresársela.

—No te preocupes, no has demorado mucho.

—En ese caso, empecemos. ¿Con quién tengo el gusto?— le  preguntó mientras sacaba una pequeña libreta color rojo del cajón derecho del escritorio.

—Mi nombre es Hoseok, disculpa si no me presenté antes.

—No hay cuidado, mejor dime, ¿qué tienes en mente?— Colocó ambos codos sobre el mueble, inclinándose un poco hacia el pelicafe.

—La verdad es que no tengo idea, solo sé que sea de chocolate—. Le sonrió tímidamente, a la vez que se enderezaba en su asiento.

—Bien, chocolate, ¿alguna cosa que le guste a tu padre?

—Mmmm...— Hizo una mueca, volteando hacia su regazo. —Le gusta mucho el mar, nunca se nos ha dado la oportunidad de ir, pero sé que le encanta.

—Eso me sirve, puedo ofrecerte un pastel estilo marmoleado, que simule la orilla de mar, en tonos azules, ¿te gusta la idea?

—Si, sin duda alguna—. No podía de dejar de ver aquellas facciones, bajó su mirada por su nariz, sus mejillas, creyó ver un ligero tono rosado, pero no le dio importancia pues el ambiente del día era bastante caluroso, descendió su vista a esos labios finos y rosas.

—¿Gustas algún tipo de decoración? Algo como flores o siluetas—. Por otra parte, Taehyung sabía que el mayor lo estaba observando, no levantó la vista hasta que el silencio del otro fue más extenso. Al alzar la mirada se topó con esos orbes oscuros, asomó una sonrisa suave y esperó pacientemente.

—No tengo idea, sorpréndeme—. El aspecto de los ojos de Hoseok cambió, ya no expresaban un sentimiento de confusión, si no que ahora había un brillo de exaltación. Taehyung se sonrojó, irremediablemente.

—Lo haré, entonces, tenemos un trato—. Ambos se levantaron al mismo tiempo, estrecharon sus manos, y en ese momento, Hoseok se asombró de lo cálida que se sentía junto a la suya, no quería soltarla, pero se presionó a hacerlo. —Te daré mi número, te mandaré mensaje cuando el pastel esté listo.

Después de ese día esperó pacientemente a que el menor le mensajeara, a los dos días, lo hizo.

Sin embargo, quería seguir hablándole, pero no se atrevía a mandarle ni un hola.

𝑻𝒂𝒄𝒊𝒕𝒖𝒓𝒏𝒐. «𝑱𝒊𝒎𝒔𝒖»Where stories live. Discover now