Degenerates | Minshua

Setting fires*

"Su cabeza se golpeó con una superficie plana, y lo lesionó gravemente. Ya hemos preparado todo para la cirugía, pero ha perdido mucha sangre así que necesitaremos una transfusión de sangre lo más pronto posible," el doctor se apresuró a explicar, removiendo su mascarilla, mostrando el cansancio en su rostro. La estupefacción en el rostro de Mingyu era visible, y era incapaz de mover un solo dedo mientras Jeonghan permanecía entre sus brazos, temblando. Mingyu dio un paso al frente, ofreciendo su brazo inmediatamente. "Yo lo haré. Soy su padre-"

"¿Es usted tipo A?" el doctor cuestionó, y Mingyu se congeló en su lugar, negando con la cabeza, "No, soy tipo B," Mingyu respondió y el hombre mayor suspiró, llevando una mano hacia su rostro. "El niño es tipo A. Necesitamos tipo A, negativo o positivo. O positivo o negativo igual servirá-"

Mingyu sacudió a Jeonghan por los hombros, sin dejar de temblar. "Jeonghan es el otro padre. ¿Eres A, cierto?" Mingyu exclamó mientras fingió una sonrisa tratando de mirar a Jeonghan a los ojos, pero este evadió su mirada. "¿Eres A?" Mingyu reiteró mientras el doctor esperaba pacientemente. 

"No tenemos tiempo que perder, señores," el doctor intervino gentilmente, "Su hijo ha perdido mucha sangre. Necesitamos esa transfusión lo más pronto posible."

Mingyu sacudió violentamente a Jeonghan por los hombros para regresarlo a la realidad, pero las palabras del otro se encontraban estancadas en su garganta, formando un nudo. "Um," murmuró suavemente, enfocando sus ojos en otra parte menos en los ojos desesperados de su marido. Finalmente, negó con la cabeza. "No, no, no soy-" Jeonghan tragó duramente, y cerró los ojos, pero la imagen de su hijo desangrándose vuelve a su cabeza así que los abre. La esperanzada expresión había desaparecido del rostro de Mingyu, y en su lugar se encontraba una de mucho desconcierto por su respuesta incompleta. "No soy...A, ni O. Soy B-"

El bullicio en la sala desapareció inmediatamente, y todo se tornó oscuro alrededor del más alto quien apartó las manos de Jeonghan. Junhui quien permanecía lo más alejado posible, debatía entre intervenir o sólo quedarse en su lugar. Mingyu sabía lo que eso significaba, y podía ver que el doctor lo entendía también. Le dio a Mingyu un minuto para procesar la verdad. Mingyu era tipo B y Jeonghan lo era también -pero Daeho era algo más. Él no tenía la sangre de Mingyu corriendo por sus venas, y aún así, Mingyu deseaba salvarlo desesperadamente-

"Yo soy A positivo," Junhui dijo finalmente, "Yo puedo hacer la transfusión." Junhui siguió al doctor, liderados por la jefa de enfermeras y mientras salía de la habitación, Junhui pudo empatizar con el más alto. Desapareció por el corredor y la puerta se cerró, y Mingyu cayó al suelo, enterrando sus dedos en su cuero cabelludo. Jeonghan comenzó a llorar, aunque no era muy claro el motivo; si lloraba por culpa o miedo, Mingyu no podía adivinarlo. Sujetó a Mingyu del brazo, suplicándole a su marido que se levantara, pero Mingyu tan sólo lo empujo lejos. 

"Déjame solo, dame un segundo," Mingyu suplicó, escondiendo su rostro tras sus manos. Se rehusaba a mirar a Jeonghan a la cara porque sabía que tipo de expresión estaría poniendo. Jeonghan siguió llorando al fondo mientras Mingyu se hundía en la miseria. ¿Cómo debía comportarse? ¿Cómo debía reaccionar en una situación así?

Pero de alguna forma, no era algo tan inesperado -el hecho de que Daeho no fuera suyo. Mingyu lo había sentido antes -el vínculo entre ambos se sentía tan extraño, como si fueran dos piezas de rompecabezas totalmente distintas, forzadas a encajar juntas. Sólo le tomó algo de tiempo a Mingyu enterarse que Daeho era un rompecabezas completamente diferente -un misterio que Jeonghan había escondido de él. 

Quería llorar. Quería gritar. Quería derribar todo a su paso hasta que el mundo colapsara por completo, pero no podía -no mientras Daeho se encontrara a la orilla de la muerte. Mingyu se incorporó rápidamente y Jeonghan trató de seguirlo desesperadamente. "Dame un poco de espacio," Mingyu volvio a suplicar, ahogándose con las palabras que no podía pronunciar, "Por favor."