Try again

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La desgracia había fallado en encontrar a Jisoo, así que cuando regresó a él, volvió magnificada al doble. Jisoo se encuentra parado frente al hombre mayor quien desvía la mirada tímidamente. El señor Lee limpia el sudor de su frente con su mano; normalmente, el hombre le regalaría una sonrisa gentil, pero hoy no. No se atreve si quiera a mirarlo directamente a los ojos. 

"...Tendremos que dejarte ir," el hombre repite por segunda vez. Apenas han pasado tres días desde el festival. Jisoo no entendía qué había hecho mal y el hombre nunca mostro señales de estar disgustado con su trabajo en los pasados meses. Jisoo se mantuvo quieto, esperando una explicación, pero el hombre seguía desviando la mirada. "Deliberamos que tu desempeño fue insatisfactorio, así que sería mejor si encuentras otro trabajo donde puedas utilizar tus habilidades y fuerza -eres aún muy joven-"

"Lo siento, ¿algo pasó?" Jisoo interrumpe al hombro, y este mira a Jisoo, sin palabras niega con la cabeza. "No, no," el hombre se convence a sí mismo, presionando su sombrero contra el pecho mientras toma un respiro y Jisoo puede ver cuan conflictuado el hombre está. "Nada paso. Apreciaría que tomarás mi consejo en consideración." El señor Lee le sonríe con cansancio, girándose para irse. Jisoo se queda ahí, disfrutando del sol hasta que su cabeza comienza a pesarle por el calor; se hinca y esconde la cabeza entre sus rodillas.

Sube su camino hacia la pequeña colina donde acostumbra encontrarse a Wonwoo profundamente dormido bajo el roble, pero hoy, está solo. Se recuesta en el mismo lugar, mira sus sucios y maltratados dedos y suspira. Un extraño sentimiento pasa por su garganta, y se siente enfermo del estomago de sólo mirar los campos verdes que había aprendido a amar, pero que ahora debía dejar. No pudo descifrar el significado tras las palabras del señor Lee, pero la intuición le decía que sus palabras cargaban algo de culpa. Jisoo abandonó el trabajo esa noche, expresando educadamente su gratitud al hombre mayor, quien sonrió genuinamente, pasando una mano por el cabello oscuro de Jisoo.

"Estoy seguro de que hay trabajos más ajustables a ti, hijo," el hombre dijo amablemente mientras palmeaba su cabeza con cariño, y Jisoo no se arrepintió de su decisión. Sólo que sabía que extrañaría trabajar en el campo, disfrutar del sol y tomar descansos en la colina. "Gracias por la oportunidad," Jisoo repite una ultima vez. Regresó a su pequeña casa, sentándose en su mesa del comedor, mirando silenciosamente una taza vacía.

La dalia que Wonwoo le había regalado días antes se había secado y marchitado. Jisoo le echó mucha agua inútilmente pues aun así no sobrevivió, y eso lo hizo sentir más patético. Las tragedias se apilaban, y Jisoo recibió una llamada esa noche de Seungkwan luego de un largo tiempo. La voz de su amigo resuena sombría opuesta a su usualmente animada voz que recuerda. Seungkwan es quien trae a colación su segunda desgracia.

"Regresaré a Jeju por un tiempo," Seungkwan murmura del otro lado. "Mamá tuvo otro episodio y está en el hospital ahora. Me tomaré un descanso por un rato, así que llámame si pasa algo, ¿de acuerdo?"

Jisoo rio entre dientes. "¿Por qué pasaría algo?" Trata de calmar a su amigo. "Estaré bien. Cuida de tu madre, y si puedes, ven a visitarme."

Jisoo no pudo dormir esa noche. Se sentó a la orilla de la cama con la ventana abierta ampliamente, observando las cortinas ser movidas por el viento. Extiende un brazo decolorado con hematomas, y de inmediato esconde la hedionda imagen en la oscuridad. Jisoo se siente enfermo, pero se convence que no. Sólo es el cambio. Sólo son las desgracias. Es sólo el resultado de haberse encontrado con Mingyu, Junhui y Jeonghan otra vez y es sólo el resultado de perder una parte de su paraíso -su trabajo en el campo. Mañana será un mejor día. 



Jisoo viste un abrigo, cubriéndose bajo una brillante y amarilla sombrilla de la lluvia camino hacia el pequeño café. La lluvia cae eternamente y Jisoo empuja la puerta de cristal, disfrutando del placentero sonido de la campanilla y el saludo de la madre de Wonwoo que se escude tras el mostrador. Jisoo le sonríe, sacudiendo su abrigo. Se sienta en su lugar favorito mientras la mujer prepara su orden usual. Wonwoo es el próximo en atravesar la puerta, sonriendo ampliamente tan proto sus ojos conectan con los de Jisoo.

Degenerates | MinshuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora