Scared to be lonely

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Jeonghan podía sentir el cambio en su esposo. Mingyu había estado hablando menos en el almuerzo; sólo parecía quedarse lo suficiente para que Daeho no notará la diferencia. Mingyu nunca había sido una persona mañanera pero ahora se despierta temprano aun durante los fines de semana, vistiendo pantalones negros y una camisa casual, despidiéndose desde el umbral de la puerta. Cuando Jeonghan cuestionó a dónde iba, Mingyu contestaba casualmente: "Cosas de trabajo. Me reuniré con nuevos socios para conocerlos mejor."

Mingyu no regresaba hasta muy tarde en la noche o a veces muy temprano por la mañana al día siguiente, oliendo a jabón o a veces vistiendo ropa diferente así que Jeonghan no se atrevía a decir nada. Cree que es porque desde que Mingyu se dio cuenta de que Daeho no es suyo, Mingyu no siente ninguna obligación para quedarse a su lado. Jeonghan permanece en silencio, frustrado por el sonido de su violento palpitar. No importa cuan desesperadamente lo intente, no puede reavivar la misma pasión que compartían cuando Mingyu no era suyo.

Mingyu solía amarlo; Mingyu era quien quería a Jeonghan. Él sólo se dejó llevar por el deseo. En ese entonces, Jeonghan tenía a Junhui, pero no lo amaba. Su prometido era amable. Junhui era el mejor y Jeonghan se encontraba tan roto como juguete que se forzó a seguir los prospectos de su familia. Cuando Junhui lo besó por primera vez, no le disgustó y le permitió todo. Junhui era demasiado habilidoso en hacer el amor; complacía a Jeonghan inmensamente y aún así había un agujero dentro de él que no podía ser llenado sin importar cuantas veces entrelazaran sus cuerpos juntos. Jeonghan sentía que sus palabras dulces y gemidos de placer fueron siempre poco genuinos.

Mingyu fue como una aparición del pasado -trozos y piezas que Jeonghan no podía hacer encajar pero cuando vio al hombre de nuevo por primera vez, los recuerdos regresaron vividamente. La playa que pudieron visitar antes de la graduación de Jeonghan o incluso aquella vez que se quedaron en un hotel, bebiendo cervezas baratas y contando lineas en el techo -volvió a vivirlas todas.

Mingyu lo veía a Jeonghan tras la ventana de cristal, y Jeonghan estaba intrigado por como nada acerca del hombre había cambiado en lo absoluto. Luego de que Jeonghan fuese promovido a secretario de Mingyu, el más alto lo besó por primera vez bajo en un diluvio bajo el techo sobresaliente del edificio donde estaban ocultándose. Jeonghan cerró los ojos, y Mingyu escuchó su corazón acelerarse. Todo fue tan mágico como si Jeonghan hubiese sido transportado al pasado para rehacer sus errores.

Quería a Mingyu desesperadamente pero Mingyu tenía alguien más y él también. Mingyu se apartó del beso, viéndose culpable y arrepentido pero Jeonghan sólo quería otro beso. Se acercó lentamente. "Lo siento," Mingyu rió nervioso, "Lamento eso. ¿En qué estaba pensando?"

Mingyu no lo besó de nuevo después de eso así que buscó la pansión con Junhui, teniendo sexo salvaje durante el fin de semana y aún así, cuando abría los ojos, el hombre frente a él no era al que deseaba. "Te amo," su prometido decía, y Jeonghan no podía mirarlo a los ojos mientras le mentía. Envolvía a Junhui contra su pecho. "Yo también." Pero sus labios siempre anhelaban a alguien más. Jeonghan no podía parar de mirar a Mingyu cada que se encontraban por los pasillos y se quedaría un rato más en el cuarto de descanso para ver a Mingyu prepararse una taza de café. La banda brillante en su dedos siempre le recordaba a Jeonghan que Mingyu había elegido a alguien más.

Jeonghan pensó que era algún extraño giro del destino; ese día, se había ofrecido a sustituir a un compañero al momento en que escuchó que Mingyu estaría quedándose hasta tarde. El trabajo que restaba era mínimo por lo cual Jeonghan pasó la mayor parte del tiempo mirando las luces encendidas en la oficina de Mingyu. Se preguntó qué era lo que estaba buscando en Mingyu, pero era refrescante el sólo estar en el mismo espacio que el otro. Su cuerpo se prendería en llamas; Jeonghan deseaba a Mingyu como a nadie antes.

Degenerates | MinshuaWhere stories live. Discover now