Battlefield

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Jisoo continuó esperando pacientemente pero el teléfono había dejado de sonar por completo. No había trabajo disponibles. Se sentó al lado de la venta,contando los números por los cuales ha luchado encontrar un empleo. 110,000,000. Incluso si Jisoo robaba un banco, ni siquiera está seguro de poder recolectar tanto. Presionó la hoja impresa con la suma contra su barra, escuchando el sonido del papel golpeando la madera. No había ninguna llamada. No había manera de que Jisoo pudiese juntar esa suma como quiera, y el banco se rehusaba a darle un préstamo tan alto-

Jisoo iba a morir. Iba a morir. Necesitaba dejar de estresarse; la muerte llega para todos, trata de convencerse pero su corazón se rehúsa a aceptarlo. Jisoo suspiró profundamente y empacó su maleta. Iría a Boseong por última vez. Si iba a morir, Jisoo desea respirar el natural aire de Boseong por última ocasión. Desea ver ese hermoso campo abundante en verde, y quiere echar una siesta en aquella colina. Jisoo quiere ver las camomilas y despedirse apropiadamente de la tienda de té.

Se siente desolado en el tren, abrazando su mochila contra su pecho. Su corazón palpita desenfrenadamente y Jisoo práctica sus palabras. Se pregunta ¿Qué debería decir cuando vea a Wonwoo y su madre? ¿Debería sonreír brillantemente y pretender que está todo bien o debería llorar y contarles las verdad? Jisoo contempló sus opciones nerviosamente, estrujando su mochila inconscientemente hasta que el tren se detuvo.

Es recibido por la sierra y sus campos verdes. Jisoo baja del tren; la mera y simple vista de Boseong es ya milagrosa. Era el pequeño lugar seguro de Jisoo. Piensa que si está apunto de morir, sería genial morir ahí en ese pequeño pueblo, pero Jisoo no se atreve a manchar esa hermosa tierra con su muerte. Se aferra a su mochila iniciando su camino colina arriba hacia el lugar de Wonwoo. El lugar no ha cambiado en absoluto; y la fila de arboles siguen guiandolo hacia la pequeña tienda que aparente pertenecer a un cuento de hadas. Alcanza la puerta de cristal y la campana suena. Jisoo suspira profundamente antes de abrir por completo.

La tienda se encuentra vacía y su corazón se hunde en su pecho. Se siente a punto de llorar-

"Bienvenido," la voz familiar de la mujer resuena desde la cocina, caminando hacia el mostrador mientras batalla con su delantal y saludando a su nuevo cliente. Ella levanta la mirada para encontrase a Jisoo apunto del llanto e inmediatamente en sus labios se dibuja una enorme sonrisa.

Jisoo traga sus nervios y lagrimas antes de romperse. Contiene todas sus emociones. Asiente mientras aprieta sus puños. "Sí," responder, "Vine de visita."

Ella se apresura a salir y rodear a Jisoo con sus brazos. Su cuerpo brinda calidez y consuelo; ella huele como una madre. Jisoo planta su cabeza contra su cuello. Siente la paz invadirlo. "Te extrañamos," ella comenzó a llorar, "Wonwoo y yo estábamos tan preocupados por ti."

Jisoo tuvo problemas con su respiración así que optó por quedarse en silencio. Dejó que la mujer hablara en su lugar y cuidadosamente, ella acarició su espalda. Jisoo comenzó a llorar dentro de su abrazo tan maternal. "Wonwoo estará tan feliz de verte," ella se alejó y cuando lo hizo, él se quedó cautivado por sus chispeantes y arrugados ojos. "Salió a comprar unas cuantas cosas pero regresará pronto. ¿Quieres té? ¿Alguna otra cosa?"

Jisoo soltó una risita extraña. "Té está bien."

Se sentó en su mesa favorita. Ha pasado un tiempo pero el paisaje permanece intacto. Jisoo disfruta de la esencia natural del cálido té. No dice mucho. La madre de Wonwoo continua informándole de las cosas que han pasado sin él ahí -cuan pobre y desolada se ha visto la tienda y cuan desesperadamente Wonwoo había intentado de mantener el lugar a flote con sus pocos ahorros. "Nunca se da por vencido," ella dijo con voz orgullosa manchada de un poco de tristeza, "Pero creo que eventualmente todo terminará."

Degenerates | MinshuaWhere stories live. Discover now