Running up that hill

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"¿Cómo estás?" Mingyu saludó en cuanto cerró la puerta. Jisoo le dedica una breve mirada antes de volver a la ventana. "Te compré flores, lirios stargazer para ser exactos." El más alto comenzó a desenvolver las vibrantes flores sobre la mesa. Jisoo movió sus labios pero nada salió de ellos, poniendo a Mingyu impaciente.

"¿Cómo estuvo tu semana?" Mingyu intentó por segunda vez. Jisoo apoyó su barbilla sobre sus rodillas. "Aburrida." La respuesta fue corta y determinada. Mingyu suspiró, acercándose al otro impacientemente. El hombre sentado le lanzó miradas al otro, imperturbado por la irritación de Mingyu.

"¿Debería quitarme la ropa?" Jisoo se burló, "¿No es por eso que estás aquí?"

Mingyu trazo con un dedo la mejilla de Jisoo, y el más bajo se encogió ante el toque. La amabilidad restante desapareció de la mirada de Mingyu. Jisoo es cautivado por aquella repentina expresión estoica, mientras Mingyu traza su camino del cuello ajeno a sus expuestas clavículas. "¿Por qué estás tan asustado de mi toque?" Mingyu cuestionó, apoyando un dedo en la clavícula de Jisoo. "Estuvimos casados por seis años. ¿De qué sigues asustado?" Le recordó una vez más.

"No estoy asustado," Jisoo refutó pero su voz tembló ligeramente, traicionandolo. Mingyu rió amargamente. "A veces me preguntó cómo fue que termine en este desastre," el más alto cambio su agarre sobre los hombros hacia la barbilla de Jisoo otra vez. "Si no la hubiera cagado con Jeonghan, me preguntó cómo hubiese sido nuestra vida."

¿Es por eso que estás haciendo esto? Jisoo mordió su labio inferior para evitar la salida de esas palabras. "Ya no importa," replicó en su lugar. Mingyu acarició sus mejillas pero Jisoo sigue considerando aquel toque frígido -siempre frío contra su piel y cada que se tocaban. La mente de Jisoo se volvió apacible. No puede pensar o de otra forma comenzará a racionalizar. "Siempre quise preguntarte, pero ¿cómo...perdiste a nuestro bebé en ese entonces?"

Jisoo sintió su garganta resecarse de inmediato. Mingyu se encuentra igual de incomodo al decir la palabra "nuestro" cuando no había nada que salvar. "Alcohol," Jisoo dijo calmado, "Lo mate por beber tanto."

Mingyu rió fríamente, sentándose junto a Jisoo. "¿Fue un niño o una niña?"

"No lo sé," Jisoo respondió honestamente, "Era sólo...sangre."

"¿Lloraste?"

"No," Jisoo mintió. Sostuvo sus propias manos fuertemente. "No lloré."

"¿En serio?"

"Estaba...aliviado." Jisoo giró su fría mirada hacia la perpleja de Mingyu. "Estaba feliz de no tener que criarlo yo solo." Mingyu desvió la mirada de las pupilas cristalinas del otro. Jisoo tragó las mentiras; incluso ahora sigue recordando el vacío que acunaba en sus brazos cuando miró a Mingyu derrochar felicidad, eligiendo regalos para un niño que no era el suyo.

"¿Y qué hay de Junhui?" Mingyu cambió el tema. "¿Sigues hablando con él?"

"No." Esta vez, Jisoo dijo la verdad. "Ya no."

Mingyu se ve satisfecho con la respuesta, sonriendo sutilmente. "¿Y Wonwoo? ¿Cómo lo conociste?"

"¿Es esto un interrogatorio?" Jisoo cuestionó. El más alto miró a otra parte, cruzando sus piernas. "Sólo contesta." La voz de Mingyu es siempre autoritativa y determinada así que antes Jisoo no podía encontrar su propia voz. Jisoo miró las palmas de sus manos; se pregunta ¿qué linea es la que lo mantiene volviendo al lado de Mingyu? Si pudiese, cortaría todas las lineas en sus palmas para así terminar ese horroroso destino. Nunca había querido a alguien tanto y nunca había querido empujar a alguien tan lejos.

Degenerates | MinshuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora