Capítulo veintinueve

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Ya iban veinte minutos desde que se despertó. Veinte minutos en los que solo ha contemplado las manchas de humedad en su techo, eran tres en total, quizás debería hacer algo con ellas.

Bueno, estaba perdiendo el tiempo, siempre hacía lo mismo de las manchas en su techo cuando trataba de ignorar un problema.

Después de su desayuno de cumpleaños, volvió a encerrarse en el cuarto y no salió prácticamente en todo el día.
Por más que su madre intentó convencerlo, no le dio ni un bocado a su almuerzo. También se sorprendió cuando, al avisarle que Nagisa Shiota estaba en la casa de su madre, Karma no saliera corriendo a visitarlo.

Tomó su teléfono y lo encendió, después de haberlo tenido apagado todo el día. No estaba de ánimos ni para recibir los saludos de cumpleaños. Un montón de llamadas perdidas y mensajes, tanto de texto como del buzón.

—Uy, a ver. — empezó a revisar el historial.

Rio, Terasaka, algunas tias, primos...

Sabía que el nombre del mayor estaría en la lista, pero aun así se sentía mal.

—¿Y este?— notó un número no agendado que llamó varias veces. — Parece de un numero público.— decidió dejarlo pasar, luego notó el último nombre en la lista de llamadas y se quiso pegar un tiro.— Diablos, Yuma.

En sus mensajes de voz había uno a nombre del chico, lo reprodujo rápidamente.

"—Eh... Hola Karma, soy Yuuma. No sé si lo recuerdas, pero íbamos a vernos hoy..."

Se golpeó el rostro. Que idiota, ¿cómo pudo olvidarlo?

"—... Te estuve esperando. Supongo que tuviste algún problema o algo, por eso no pudiste llegar."

Su voz se escuchaba tan desanimada, ¿estaba triste? Ugh, otra vez la culpa se expandía por su pecho. ¿Por qué siempre se sentía así cuando de trataba de Isogai?

"—... También quería decirte que mañana temprano me iré con mi familia a Kyoto, a la casa de una tia-abuela. Estaré allá por el resto de las vacaciones, así que nos vemos en la escuela, supongo... Y feliz cumpleaños."

El pitido del teléfono indicando que el mensaje había terminado lo hizo reaccionar. Buscó el contacto del azabache y marcó pensando que quizás aun estaba en su casa, pero al no obtener respuesta asumió que era muy tarde.

—Uff. — tiró el teléfono a cualquier lado y se cubrió el rostro con una almohada.— Tonto, idiota, imbecil. De verdad lo dejé plantado. Y ahora ni siquiera puedo disculparme.

Una llamada entrante de su amiga interrumpió su auto-regaño.

—¿Hola?

—¡Uy, hasta que contestas! Te estuve llamando ayer y nada que contestabas.—la voz chillona de Rio no se hizo esperar del otro lado de la línea. —Feliz cumpleaños atrasado, por cierto.

—Lo siento, apagué el teléfono todo el día.

—Suenas desanimado. ¿Estás bien ¿Pasó algo?

—Sí, bien. Es solo que... eh— tardó unos segundos y volvió a hablar. — En realidad no, no estoy bien.

—¿Qué pasó?

—Pasa que tenías razón.

Nakamura no necesitó que el pelirrojo fuera más específico para entender a lo que se refería, conocía bien ese tono de voz en él.

—Uff... de acuerdo. ¿Quieres venir a mi casa?

...

—Vaya, que caótico todo. — dijo Rio, mientras le daba un bocado a su helado. — No quiero decir que te lo dije...

—Entonces no lo hagas.

—Uy que mal genio. —le dio un empujoncito en el hombro. — ¿Y qué piensas hacer ahora?

—Nada, supongo.— se encogió de hombros, con la vista en su propio helado. — Nagisa ya me dejó las cosas claras, no tengo oportunidad con él.

—Que te olvides de él es lo mejor para ambos.—Rio acarició su espalda.— Sé que no es lo que quieres escuchar, pero sería una relación muy problemática para ambos, en especial para él.

—Sí, ya lo sé. Estaré bien, pero no es algo que se me pasará de un día a otro. Necesito tiempo para digerirlo por completo.

—Sí, por supuesto. Tómate tu tiempo. — la rubia le brindó un medio abrazo a Akabane, pasaron unos segundos y le dio un golpe en la nuca.

—¡Auch! ¡¿Oye y eso por qué?!

—Eso fue por dejar plantado al pobre Isogai. ¿Qué culpa tenía de que Nagisa te rechazara?

—¡No fue a propósito! ¿vale? De verdad se me olvidó.—se excusó a la vez que frotaba la zona maltratada.

—Ugh... no sé por qué le gustas tanto. Sin ofender.

—No creo que le siga gustando. Somos amigos y no se ha comportado de otra forma.

—Yo aun lo veo babeando por ti. ¿De verdad a ti no te gusta?

—De verdad.

—¿Ni siquiera un poquito?

—No.

—Pero el último tiempo estás casi siempre con él.—dio una media sonrisa.—Podría hasta decir que Terasaka está celoso de él.

—Pff... yo creo que él es el más feliz de que lo deje solo contigo.

—¿Qué?

—¿Qué?

—No te desvíes del tema. ¿Todo ese tiempo que han pasado juntos no significa nada?

—O sea, yo... — divagó un poco. — Yuuma me agrada, es buen chico, divertido...

—¿Y lindo?

—Mhn... no sé, no es feo.— de pronto se sintió muy incómodo hablando del azabache.— Pero ya no quiero hablar de eso. ¿Sabes? Creo qie quiero más helado.

—Uy estás huyendo.— soltó con una sonrisa pícara. — Te dejaré libre por hoy, pero no será la última vez que hablaremos de esto.

***
[Espacio para putear a Karma por haber dejado plantado a Yuumita. Porque hasta a mí me da rabia👺]

Buenas, gente. Este es un capítulo cortito, para rellenar más que nada, además así no me demoro tanto en actualizar.

Dentro de poquito entraré a la U y me imagino que ahi sí que no tendré tiempo de nada, así que trato de avanzar lo máximo posible.

Eso, besoss💖

De aquí a unos años más ||Karmagisa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora