Capítulo treinta y uno

466 62 32
                                    

—Sí, sí papá, si sé dónde queda.— habló Nagisa con el teléfono entre la oreja y el hombro, ya que sus manos estaban ocupadas lustrando sus zapatos.—No llegaré tarde, ya estoy casi listo... Ya, te aviso cuando llegue. Adiós.— colgó la llamada, para soltar un suspiro de frustración y lanzar el aparato a la cama.

Su padre tenía una importante comida de trabajo, en la que incluso existía la posibilidad de una charla sobre un ascenso, y le había pedido que lo acompañara.

Técnicamente, ya debería estar saliendo al lugar, pero a su profesor de ética justo ese día se le había ocurrido ponerse tirano y dejarlos en clase más de lo debido, retrasándolo bastante.

Se puso los zapatos y la chaqueta del traje. Abrió el armario para buscar una corbata, llegó al fondo del cajón y de encontró con esa corbata que Karma le regaló por su cumpleaños.

Si bien hace unos segundos estaba acelerado, ahora estaba prácticamente estático en su lugar. Tomó la corbata entre sus manos y la contempló unos segundos.

¿Cuánto había pasado ya desde que todo se fue al demonio entre él y Karma? Se sentía mal cada vez que recordaba el estado en el que se fue. Quizás fue muy duro con sus palabras.

Terminó hiriendo al menor, pero era lo que debía hacer.

"Me gustas, Nagisa. Desde hace mucho tiempo."

Se cubrió el rostro de la vergüenza y negó repetidas veces. Tenía que mantenerse firme y hacer las cosas bien.

No era normal que sintiera algo por Karma. Seguro solo estaba confundido. Si deja que pase el tiempo, podrá aclarar su mente y enfrentar al menor de mejor manera.

Devolvió la corbata al cajón y tomó otra en su lugar. Terminó de arreglarse y salió de su departamento.

...

—No soporto esa canción. —comentó el azabache.

—¿En serio? ¿Por qué? — preguntó Karma.— Tampoco es muy de mi gusto, pero no es mala.

—Lo sé, pero cuando fui a la casa de mi tia, campartí habitación con el sobrino de su esposo—suspiró.— y ponía esta canción todo el tiempo, al nivel que ya me tenía harto.

—Le hubieras dicho que sacara su mierda o que se pusiera audífonos.

—Que agresivo. — rió Yuuma. — Le dije algo así, pero me dijo que, aunque suene raro, su tio no lo deja usar. Por alguna razón lo tienen muy controlado. Ni siquiera usa su teléfono.

—¿Qué, acaso tiene diez años?

—Jaja, no. — se encogió de hombros. — Y bueno, también me dijo que esa canción le recordaba a su ex. Me dio pena insistir en que la quitara.

Karma lo escuchaba atento, pausó la música y se  acomodó eb su lugar.

—Entiendo. Que mal por él.

—Sí, siempre estaba como triste. — miró al pelirrojo y sonrió. —Si a ti no te gusta la canción. ¿Por qué la tienes entonces?

—Ah, porque es la favorita de... un amigo. — bajó el volumen de su voz y apretó los labios. —La tenía por él... pero, en realidad, la borraré.

Desbloqueó su celular y eliminó dicha pista, pasando a la siguiente en su lista.

—¿Esta está mejor?

—Sí, me gustas mucho.

—¿Q-Qué? — Karma pegó un salto de la impresión y sintió que se le fue todo el aire a la cabeza. Incluso se quitó el audífono de la oreja. — ¿Qué dijiste?

—Que me gusta mucho.— repitió Isogai, algo confundido por la reacción del contrario, en especial cuando este seguía sin contestar. — ¿La canción?

—Ah...sí, la canción, jajaja. Es buena, muy buena. — rió nervioso,le dio un golpe en el hombro a Yuuma y volteó la cara hacia otro lado.

Había escuchado mal. Yuuma dijo que le gustaba la canción, muy normal, él mismo le había preguntado después de todo. ¿Pero por qué se puso así? Aun le costaba recuperar el aliento y sentía el rostro un poco caliente.

Reaccionó de vuelta cuando una mano volvió a colocar el audífono en su oreja, obviamente fue la del azabache. Volteó a verlo y le estaba sonriendo, por inercia le devolvió la sonrisa.

***

:)

un capítulo cortito para que no se olviden de la existencia de esta historia uwu

No olviden dejar sus comentarios, me entretengo mucho leyéndolos.

muak✨

De aquí a unos años más ||Karmagisa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora