Capítulo treinta

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Pasaron los días, semanas en las que Karma ha reflexionado mucho, en las que se ha tenido que contener muchas veces las ganas de buscar a Nagisa y ha estado deprimido porque el mayor no lo busca a él tampoco. Lo extrañaba tanto, tanto.

Muchas veces se dijo que metió la pata a fondo al confesarle sus sentimientos a Shiota; nada de esto estaría pasando si supiera cerrar la boca.

Sin embargo, este período de desapego a Nagisa no era lo único que lo agobiaba. Aunque intentó no pensar mucho en ello y, definitivamente, evitó mencionarselo a Nakamura: debía admitir que también extrañaba a Yuuma.

Aun no estaba seguro si se debía a la urgente necesidad de disculparse por dejarlo esperando durante horas, o quizás simplemente se había acostumbrado mucho a su compañía. Pero quería verlo.

Llegó a la escuela y pasó directamente al baño para lavarse la cara y quitarse ese sueño maldito que no lo quería abandonar. Abrió la puerta y notó la presencia de una única persona en el baño.

Isogai volteó a verlo, un poco sorprendido de primeras, pero después cerró la llave del lavamanos y le sonrió cálidamente.

—Hola Karma. —sacó papel higiénico para secar sus manos. —¿Cómo estás?

—Ah... bien, sí. — entró finalmente, cerrando la puerta detrás suyo. - ¿Tú cómo estás? ¿La pasaste bien donde tu tia?

—Sí, fue agradable. Aunque Haru se enfermó del estómago por comer tanto dulce. —comentó en un suspiro. —consienten mucho a mis hermanos allá.

—¿Y a ti no?

—Jaja, ya estoy grande para eso. — negó divertido.

—Sí, bueno... —hubo un pequeño silencio incómodo,que Karma finalmente rompió. — Que bueno que te encontré aquí. Quería hablar contigo sobre... bueno, pedirte disculpas por no ir al parque en navidad. Lo olvidé y... perdón.

— no te preocupes. —negó con la cabeza.— Supongo que algo tuvo que pasar para que no fueras. No... ¿no se te olvidó solo porque sí, verdad? — preguntó un poco inseguro.

—¡No, no! Es algo complicado. —rascó su cuello.— Pensé que estarías más molesto.

—Han pasado muchos días, no soy de guardar rencores. Hace mal tener el enojo tanto tiempo dentro de uno. — se acercó al pelirrojo y lo tomó del brazo. —Así que quédate tranquilo. Te perdono, si... —rodó los ojos.—...me invitas un batido después de clases.

—Es un trato. — le guiñó un ojo y ambos se dispusieron a salir del baño.

—Oye, ¿tú no venías a hacer algo aquí? ¿O solo querías ver los papeles mojados del techo?

—Ahh, venía a mojarme la cara, pero ya no importa. — sonrió. —Ya se me quitó el sueño.

Ambos salieron, dejando el baño vacío.

O eso pensaban.

Maehara abrió unos de los cubículos lentamente, asegurándose que sus compañeros ya no estén. Se acercó al lavamanos y se apoyó en él,soltando un suspiro preocupado.

—Ay, Yuuma, otra vez.

...

— No puedo creer que sea el primer día de vuelta de vacaciones y ya te saltaste dos clases. —mencionó el azabache.

—En mi defensa, el profesor de historia nunca tiene ganas de hacer clase. seguro no me perdí mucho. — respondió Karma a espaldas de su compañero, quien salía del salón.— Y educación fisica no le importa a nadie.

De aquí a unos años más ||Karmagisa||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora