Capítulo diecinueve

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En menos de dos sorbos, la lata de refresco de la rubia quedó vacía; exhaló sin delicadeza y lanzó el objeto a un basurero cercano. Karma únicamente soltó una carcajada; le divertía verla tan molesta por una tontería. Nakamura podía hacer una tormenta en un vaso de agua a veces.

—¡La profesora me odia! Mira que llamar a mi padre sólo por haberme saltado un turno de limpieza.— se sentó en el borde de la ventana, con la espalda apoyada al vidrio. Karma se colocó a un lado de ella.

—Fue tú culpa por ser descuidada y dejar que la profesora te viera.—le dio un sorbo a su jugo y agregó:—Que bueno que te descubrieran. Te lo mereces.

—¡Eres muy cruel!—Rio hizo una mueca de desagrado.

—Eres una floja. Además...— desvió la vista.—A causa de eso...—miró a la chica curiosa por lo que iba a decir.—No importa. Y dime, ¿tu padre ya está con la profesora?—recibió un vago asentimiento.

—Eso supongo. Me dijo que lo citaron para la hora del último receso.—respondió con simpleza.

—¿Y crees que vino solo, o...?

—¿Qué dices? ¡Claro que sí!—el tono de voz de la rubia cambió drásticamente, poniéndose a la defensiva. 

Dio por finalizada la conversación, mirando hacia cualquier lugar del pasillo. Sabía que a su amiga no le gustaba tocar ese tema, mucho menos en un lugar con tantas personas transitando a su lado. Él respetaba eso y no lo mencionaba, ya que era el único al que le había confiado ese pequeño "secreto". Ni siquiera Terasaka tenía idea de ello, y con mucha razón. 

En medio de la multitud del alumnado, Karma pudo captar al chico de cabellos azabache hablando con una compañera del consejo estudiantil. Sintió un peso en su interior al verlo, pues recordó el cómo su buena relación se fue al caño hace tres días. Ese peso era culpa, tal vez.

"— Me gustas.—  dos palabras que salieron arrastrándose por la garganta de Isogai.—  Me gustas mucho, Karma.--- sus manos temblaban en los hombros del pelirrojo. Quién necesitó apenas unos segundos para salir de su impresión.  

Dejó de mirarlo y trató de no sonar duro ni indiferente. Mas sus palabras terminaron siendo tan secas que quiso morderse la lengua. 

Lo siento.—  eso bastó para dejar de sentir cómo Yuuma lo soltaba.— Me gusta alguien más. "

 En medio de su lapsus su mirada se cruzó con la de Isogai. Se mostró algo nervioso, mientras que él simplemente rompió el contacto visual. Se golpeó mentalmente por ser indiferente de nuevo, no quería, pero tampoco podía evitarlo. 

—Por lo que veo, supongo que el regaño a mi persona será en vano.—habló, después de un largo intervalo de silencio, señalando al azabache. 

Formó una sonrisa que contenía su irritación, sus dientes rechinaron en consecuencia. Finalmente la vio por el rabillo del ojo no muy grato.

—Sabía que tenías algo que ver.—Rio le vio con falsa inocencia, abrió la boca para excusarse, mas en seguida dejó escapar una risa.

—La verdad es que sí.

—¡Nakamura!

—¡No te enfades! Lo hice porque se nota que lo traes loco.— se encogió de hombros.—Yo sólo quise ayudar. 

Karma jaló a la chica del brazo, acercándola de forma brusca, sin importarle que se quejara. 

—¿Ayudar? ¿A quién ibas a ayudar?—masculló para que sólo la rubia pudiera oírlo.—¿Por qué te las das de cupido con alguien que sabes terminará siendo rechazado?

De aquí a unos años más ||Karmagisa||Where stories live. Discover now