Capítulo trece

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Karma se encontraba tumbado en su cama, mirando prejuiciosamente la caja envuelta en papel de regalo que sostenía. La vio de todos los ángulos posibles, la lanzó para luego atraparla en el aire, la apretaba con cuidado de que no se estropeara, y terminó soltando un gruñido.

— No le gustará; es una cosa muy tonta, y además es fea.— murmuró, refiriéndose al objeto dentro de la caja.—Debí pedirle a mamá que la eligiera.

Dejó la caja sobre su pecho y siguió mirando las manchas en el techo. Ya estaba con el uniforme puesto, pero no quería bajar a desayunar, ni ir a la escuela, ni siquiera quería levantarse.

Tenía un cúmulo de sentimientos atorados en el pecho, pensaba en tantas cosas que le hacían sentir mal y otras que le hacían sentir peor. No era un día cualquiera; era el cumpleaños de Nagisa.

—¿Debería dárselo ahora? No, probablemente ya salió de su casa. ¿Lo espero en la salida de la universidad? ¿Cuando vuelva a casa?— se cubrió el rostro con sus manos y dejó escapar un bufido.

Unos golpes en la puerta hicieron que se incorporara de golpe.

—Karma, ¿Estás despierto?— el interpelado tomó el regalo y lo guardó rápidamente en su bolso.

— Ah, sí.

La mujer abrió la puerta y le sonrió a su hijo.

—Buenos días. ¿No piensas bajar a desayunar?

—Sí, justo iba a bajar.— excusó.

— No te demores o llegarás tarde.—la señora cerró la puerta, dejando a su hijo nuevamente solo. Karma volvió a tumbarse en la cama, tomó la fotografía enmarcada que tenía en la mesita de noche y la alzó.

—Hoy se crea un nuevo obstáculo.— pasó su pulgar sobre el rostro del muchacho que atormentaba sus pensamientos.—Cada vez estoy más lejos de poder alcanzarte.

...

Nagisa estaba atento en su lectura y en la música que se reproducía de su celular; pero una pequeña tartaleta con una velita en medio de ésta fue dejada en la mesa. Con una sonrisa, se quitó los audífonos y dejó el libro a un lado. 

—Feliz cumpleaños, Nagisa.— dijo el chico de ojos azules que había llegado, con una voz cantarina.

— Sugino, muchas grac...— la sonrisa del menor se dispersó al ver a su pareja; tenía un feo moretón en la mejilla, muy cerca del ojo.--- ¿Qué... qué te ocurrió?

—¿Oh, esto?—tocó la zona dañada y rió incómodo.— Fue un accidente, ayer durante el entrenamiento me distraje y recibí un pelotazo.

—Pero ayer no viniste, dijiste que estabas enfermo.

—Ah... bueno...—desvió la mirada sospechosamente.—Es que durante el día me fui sintiendo mejor, y preferí no perder otra práctica.

—Sólo querías saltarte las clases.— respondió acusadoramente.— De todas forma, que torpe eres. Quizás en qué estabas pensado para que te llegara ese pelotazo.

—En ti, tal vez.— dijo con voz coqueta, provocando un fuerte sonrojo en Shiota.— Anda, pide tu deseo.

— Bueno.— pensó unos segundos en qué pedir, luego sopló con mesura la vela, apagando la llama de ésta.

—¿Qué pediste?

—Mnh... eso es un secreto.—puso un dedo en sus labios.— Si lo digo, no se cumplirá.

—De acuerdo.—rodó los ojos.—¿Le dijiste a tu madre que vendrías a la casa de Kaede después de la universidad?

—Sí.

—¿Y le dijiste que probablemente no volverás hasta mañana?

—¡Oye! ¿Qué dices? Claro que volveré, mañana también tenemos clase. 

—Cumples la mayoría de edad, Nagisa. ¡Hay que celebrarlo en grande!—Tomohito hizo un movimiento extraño con sus manos.— Olvida la idea de que te irás antes de medianoche, Ceniciento.

Shiota dejó  escapar una carcajada, al igual que Sugino. 

Al parecer no le permitiría volver a casa ese día.

...

La puerta del salón se abrió, dejando ver al pelirrojo exhausto. Detrás suyo, salió Ryouma como si nada, tratando de ignorar la mirada asesina de su amigo.

— ¿Qué?

—¿Cómo que "qué"?  Por tu culpa tuvimos que estar horas en detención.—dijo completamente resentido.—Idiota.

— ¡Esos idiotas comenzaron a lanzarme su basura! Y no estabas obligado a ayudarme.

—Como sea.— revisó la hora en su teléfono.— Maldición. Tengo que irme.—se fue sin mirar a su amigo.

Ya era muy tarde para llegar a la universidad de Nagisa, así que tendría que esperar a que llegue a su casa. 

...

—Nagisa no ha llegado. Dijo que saldría con unos amigos y no sé a qué hora podría llegar.— la mujer de cabello azul dijo desde el umbral de la puerta.

—Oh, ya veo.—Karma intentó no sonar decepcionado.— Lamento molestar, Hiromi-san. Ya me voy.

Caminó a paso lento por la calle, volteó a ver la ventana que daba al cuarto de Shiota y suspiró con desgano. 

Tendría que esperar.

...

—¡Feliz cumpleaños, Nagisa!— gritó Kaede, abalanzándose a los brazos del peli-celeste.

—Gracias Kaede, y gracias por organizar esto.— contestó con una sonrisa.

— No es para menos, eras el último que faltaba.

—Hey, cumpleañero. ¡Ven aquí!— un chico de cabellos rubios tomó por el cuello al peli-celeste y se lo llevó a otro lado de la sala.

Tomohito estaba a punto de seguir a su novio, mas el agarre de la peliverde se lo impidió. Ella le miraba seria, se fijó en que Nagisa no les estuviera prestando atención y habló por fin.

— ¿Ya le... dijiste a Nagisa sobre eso? — preguntó en voz baja. Sugino inmediatamente borró su sonrisa.

—Claro que no.—la mirada de enfado de su amiga se posó sobre él.— No pienso decírselo, no hoy. Es su cumpleaños y no quiero arruinarlo. 

—Lo sé, yo tampoco quiero eso.— dijo resignada.—Pero han pasado varios días, no puedes esperar mucho más.

— Lo sé.—le dio la espalda a Kayano.— Pero por hoy, sólo quiero verlo sonreír.

...

Hace mucho que ya estaba completamente oscuro, revisaba su teléfono cada cinco minutos para ver la hora, luego veía si es que la ventana del cuarto de Shiota se encendía en algún momento. Sin embargo, eso nunca pasó. 

Estaba muy cansado, ni siquiera se quitó el uniforme; apenas entró a su hogar, se fue directo a su habitación y no se ha despegado de la ventana. Le dijo a su madre que no tenía hambre, que le dolía el estómago, con tal de no cenar.

Revisó su teléfono por última vez; faltaban diez minutos para la medianoche. Lanzó el aparato a cualquier sitio de la habitación y volvió a apoyar sus brazos y cabeza en la ventana. El regalo estaba en su cama, al parecer no podría entregarlo hoy.

— Feliz cumpleaños, Nagisa.— susurró antes de dejar que el cansancio le venciera y se quedara profundamente dormido.   

***

:)

Sufro tanto por mi Karmita :'v

Y weno, ya pasó lo que no quería (?) Nagisa es mayor de edad.

AHORA, PEQUEÑA PREGUNTA.

¿Cuál es el regalo que tiene Karma para Nagicchi? 

Si alguna adivina, le dedico el cap (=

Bye~

De aquí a unos años más ||Karmagisa||Where stories live. Discover now