Capítulo diecisiete

2.5K 357 139
                                    

Hizo sonar el timbre de Shiota y se quedó a esperar que éste le abriera. Tenía un moretón en la comisura del labio, unos rasguños en la mejilla derecha, la ceja partida y una gran sonrisa. Tuvo una pequeña pelea de camino a casa con unos chicos de la escuela vecina; por supuesto, no se llevó la peor parte, pero sí salió algo dañado. Sin embargo, así podría pedirle a Nagisa que lo cure como siempre que se mete en una situación así.

La puerta se abrió lentamente, apenas distinguió la melena celeste de su platónico sonrió y habló con cierta emoción que no pudo disimular.

— Hey, Nagi...sa.— mas se retractó cuando vio la cara larga del mayor, y se angustió cuando notó las zonas irritadas y marcas de llanto de su rostro. 

—¿Karma, qué te pasó?— la mirada de Nagisa recorrió cada zona lastimada en el rostro del pelirrojo.—No, no me digas. Volviste a meterte en una pelea.

—Yo...—fue jalado por la muñeca hacia el interior de la morada.

—Ve a sentarte, traeré el botiquín.— fue al baño en lo que el menor acató a la orden.

Karma miró hacia todos lados, pensando que encontraría algo que explicara el estado de Nagisa, mas no encontró ningún indicio. Tendría que ser directo y preguntarle. 

Shiota llegó con el botiquín en mano y se sentó junto a Akabane. Le entregó una bolsa con hielo y le indicó que la mantuviera en la zona del moretón.

—Te he dicho miles de veces que dejes de buscar conflictos.— vertió alcohol en un pedazo de algodón.—Algún día te dejarán inconsciente en el suelo y, ¿quién te ayudará entonces?

—Yo no soy el que busca conflictos... ¡Auch!— se estremeció al sentir el alcohol hacer contacto con su herida aún abierta.— Eso arde.

—Son las consecuencias por dártelas de peleonero.

El pelirrojo mantuvo silencio después de eso, veía el rostro demacrado de Nagisa mientras éste trataba sus heridas. Quería saber lo que le ocurrió, pero no estaba seguro de si era prudente preguntarle. 

Pero bueno. Akabane Karma, ¿cuándo ha sido prudente? 

—Nagisa...— el interpelado detuvo sus acciones y le vio fijamente.— Este, bueno... ¿Estás bien, te ocurrió algo?

Una mirada de sorpresa fue su primera respuesta. Dejó los implementos en el botiquín y se sentó derecho en el sofá, viendo a sus rodillas.

—Claro que estoy bien. ¿Por qué no lo estaría?

—Estuviste llorando.—silencio.— ¿Tuviste problemas en la universidad? ¿Con tu madre? 

— No, Karma. No es eso.— respondió, admitiendo indirectamente que sí estaba mal por algo.

Ambos callaron por unos cortos minutos, aunque a ellos les parecieron eternos. Karma por fin se decidió a preguntar nuevamente, aunque algo dudoso de mencionar a aquella persona.

—¿Tiene algo que ver... con tu novio?— el de cabello celeste se crispó ante esa pregunta. Volteó a ver incrédulo al menor.—Ya lo sabía, desde hace un buen tiempo.

—Vaya, olvidé lo astuto que eres.—sonrió apenado. 

—¿Entonces sí es por eso que estás triste?—dijo suavemente.— S-Sé que no me incumbe. Pero si quieres hablar...

—Sí, estoy triste por él.— apoyó su espalda en el respaldo y estiró la cabeza.— Terminó conmigo.—dijo con amargura.—Dijo que es porque se va a Kyoto y no cree que una relación a distancia sea factible. Pero yo sé que eso sólo era una excusa.

De aquí a unos años más ||Karmagisa||Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang