ANGELITO 🔞 || Dabi x Tú ||

Capítulo 37

En el transcurso de estos cuatro meses luego de aquel problema con Ryo, Touya estuvo más pendiente de mí junto con los demás. Toga, Twice y Spinner se emocionaron con el tema del bebé que ya estaba por nacer que hasta le consiguieron juguetes, cunas, ropa, y muchas más cosas de bebés. Pero se quedaron jugando con aquellas cosas pareciendo niños chiquitos.

Como ahora que están jugando a los autitos los tres. Yo me comencé a reír de ellos y fui a la habitación donde me encontré con mamá.

-Hola ma... -me detuve de golpe al sentír algo escurrir por mis piernas.

Miré el charco de debajo pero luego me tuve que apoyar de la pared por un fuerte dolor en mi vientre. Solté un grito de dolor y mi mamá corre a ayudarme, aunque al instante la puerta se abre y entran los demás.

-Ayúdenme a ponerla en la cama ahora -habla mamá.

Touya es quien corre a ayudarme, me carga y me acuesta. Hice muecas y quejidos de dolor.

-______, respira conmigo -mamá comienza a respirar profundamente y yo la intenté seguir.

-¡Mhg! -apreté los dientes con fuerza.

Mamá empieza a gritar órdenes y tenía a los de la liga corriendo y viniendo, aunque a la vez no hacia tanta falta porque Kurogiri creaba portales para ayudarnos a traer cosas.

-Dabi. Tú quédate con ella -le dice mamá.

El nombrado asiente y yo tomé su mano y la apreté con fuerza con cada contracción consiguiendo que haga muecas de dolor. Mamá me hace hacer de mi parte en el momento del parto, ¡Dios mío duele mucho! ¡¿Por qué no pudo ser por cesárea?!

Mis llantos y gritos de dolor pronto se vieron interrumpidos por un llanto de bebé. Un alivio inmenso me recorrió cuando aquel bebé sale de mí y yo pude suspirar. Miré a Touya estando cansada, él miraba hacia el frente con un brillo en los ojos. Sonreí y suspiré cerrando los ojos un momento.

Su mano apretaba la mía mientras miraba al niño en brazos de mamá quien se lo llevó rápidamente al baño. Touya despega su mirada de la puerta para luego mirarme a mí. Sin dejar de agarrar mi mano, besa mi frente. A los minutos, mi mamá regresa con el niño en brazos envuelto en unas mantas.

-Aquí tienes cariño... felicidades -sonríe con los ojos cristalizados.

Amplié mi sonrisa y tomé a mi hijo en brazos.

-Hola pequeño... -susurré sonriendo enternecida y pasando delicadamente mi dedo por el puente de su nariz.

Sacó su mano de debajo de las mantas y agarró mi dedo con su manita pequeñita que apenas y rodeaba completamente mi dedo y apenas tenía fuerzas. Sonreí casi a punto de estar llorando y le di un pequeño beso en la frente. Miré a Touya quien miraba hacia el niño. Me reí por su expresión de cachorro mirando a un niño como si fuera su adoración.

-¿Quieres cargarlo? -pregunté. Él me mira como si estuviera loca.

-Creo que... mejor miraré.

-Ay vamos, es tu hijo también... no vas a estar toda su vida sin cargarlo.

-Pero...

-Dabi... -le sonreí para que se calmara y luego se lo puse más cerca-. Cárgalo.

Él traga grueso y mira dudoso al niño.

-¿Y si se cae?

-No pasará.

Él resopla y toma ánimos antes de tomarlo en sus temblorosos brazos. Se alejó un poco para sostenerlo mejor y se lo quedó mirando. Al pequeño bebé pelirrojo. Yo suspiré viendo aquella imagen tan linda pero a la vez moría por dormir de una vez. Touya lo nota ya que me mira y apoya su frente contra la mía.

-Gracias... -murmura-. Puedes descansar tranquila.

Sonreí cerrando los ojos y poco a poco fui quedando dormida mientras escuchaba a Touya sentarse a un lado y suspirar.

***

***

-Lo siento Toga pero ya te dije que no le sacarás sangre al niño -dije agarrando a Yoshio en brazos.

-Pero...

-Ya te dijimos que no te acercarás a Yoshio para sacarle sangre, así que ni lo intentes -Touya aparece y camina hacia mí.

Toga se cruza de brazo y resopla pero luego se sienta y como una niña pequeña caprichosa juega con los juguetes de Yoshio haciendo pucheros. Me reí un poco pero luego fui a sentarme al sofá con Yoshio. Comencé a tararear la canción que siempre le cantaba a Touya cuando niños, mientras acariciaba la espalda de Yoshio.

Touya se sienta a mi lado y acuesta su cabeza en mi regazo. En un segundo ya tenía a ambos chicos dormidos. Me reí nuevamente pero traté de no moverme mucho para no despertarlos. La Liga y mamá miraba hacia nosotros. Cubrí a Dabi y a Yoshio con mis alas, apoyé mi cabeza sobre la de Dabi y cerré los ojos.