𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)

Capítulo 6.

- ¿Has escuchado lo que ha pasado hoy? - comentó el alfa.

- ¡Oh! ¡Claro! Ha sido un gran espectáculo.

- Un gran y bochornoso espectáculo -  corrigió el contrario.

- Un omega débil y dócil jugando a ser un alfa - rió. - ¿Pero qué se creía?

- Se habrá vuelto loco de tanto bosque - bromeó.

- Por supuesto, la soledad es muy mala.

- Y peor es la soledad que uno mismo se impone.

Tiró la piedrecita que sostenía hacia delante dándole en la nuca a Yibo quien caminaba intentando controlar su ira. Esos tres le estaban siguiendo desde la puerta del pueblo y ya comenzaba a cansarse de sus comentarios.

- Pobre señor Yuan, no se merecía ese mal trato.

- Concuerdo, su orgullo y vanidad han sido manchados por culpa de ese maldito y raro omega.

- ¡Raro, esa es justamente la palabra!

- Dejadlo - dijo uno de repente. - ¿No veis que tiene muchos problemas? Por ejemplo: su falta de educación, la ausencia de una madre, las ideas tontas que su abuela le metía en la cabeza... Deberíais saberlo ya, es el hijo del cazador - levantó su labio con desagrado.

- Cállense - pidió el joven sin volverse.

- ¡Mira, pero si habla!

- Marchaos.

- No, ¿nos vas a obligar?

- Os lo estoy pidiendo de buenas formas.

- ¿Y si seguimos negándonos?

- Tendré que hacerlo por las malas.

- No te hagas el fuerte - le lanzó otra piedra pequeña.

El omega paró su caminar apretando sus puños y sus dientes, sentía su interior arder y, aunque estaba en clara desventaja, no dudó en darse la vuelta y empujar al chico que no paraba de tirarle las rocas. Este cayó al suelo sorprendido por la fuerza del joven.

- ¡Marchaos y dejadme tranquilo! - rugió y luego continuó.

Los otros dos alfas se quedaron impactados y no se movieron de su lugar, pero el tercero se levantó muy malhumorado y con fuego en los ojos. El odio hacia Yibo creció como la espuma y, sin pensar debido la ira, agarró un cuchillo que llevaba escondido con el objetivo de herirle y demostrarle quien mandaba. Iba a hacerlo y estaba decidido a llevar hasta el final su cometido, no tendría piedad con el joven que lo humilló delante de su grupo.

- ¡Lo vas a pagar! - fue hacia él con el arma en alto.

Al omega no le iba a dar tiempo de esquivarlo pero un milagro ocurrió y llegó para salvarlo. El lobo salió de un salto de entre la vegetación y se enfrentó al alfa con las fauces muy abiertas y en posición de ataque. Su cuerpo estaba tenso y se notaba sus fuertes músculos así como sus afilados dientes. El chico se asustó ante la presencia de tal animal delante de él y tragó saliva mientras retrocedía. Sus acompañantes no esperaron más y salieron corriendo despavoridos y gritando a pleno pulmón.

El canino avanzó con un hilo de babas entre sus colmillos dándole un aspecto más temeroso y agresivo. Hizo un movimiento brusco hacia delante y el alfa huyó tras sus amigos pensando en que algún día conseguiría su venganza. La próxima vez no tendría al lobo para protegerlo.

Cuando se marcharon, el animal se relajó y dejo de hacer sonidos con su garganta pero no se volteó para mirar al joven. Sin hacer más caminó para ocultarse entre los árboles.