Capítulo 22.

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La mañana fue tan improductiva como la tarde anterior. Estaban hartos de preguntar en cada tienda y en cada rincón de esa inmensa ciudad que parecía incluso más grande que la suya.

El alfa había despertado de bastante malhumor y hasta las ráfagas de aire que le tocaban le molestaban. Si eso tan simple ya lo tenía delirando de rabia, ya no hablemos de las miradas que recibían él y el omega. No eran muchos, solo algunos ciudadanos interesados por la llegada de los extranjeros pero aún así le enfadaban.

Yibo intentó calmarlo después de casi matar con los ojos a un alfa que lo observó más de lo normal. Acarició su brazo y tiró de él cuando se paró para ir hacia el desconocido.

- Zhan, ¿qué te pasa hoy?

- Nada.

- Dime la verdad.

El mayor miró a su alrededor algo intranquilo y el castaño lo notó. Lo llevó a una callejuela donde no había nadie y acarició su cara. Por el contacto cerró los ojos y respiró más relajado controlando su corazón.

- Dime.

- No lo sé. Estoy nervioso y no tengo buenas vibraciones de todo esto.

- No pasará nada. Tranquilo.

- ¿Por qué no nos vamos? - preguntó de repente.

- ¿Qué?

- Vayámonos lejos de aquí, de la ciudad, de la región, lejos de tu padre.

- No podemos.

- Yibo...

- No, A-Zhan. Tenemos que resolver este misterio por las personas a las que se le han llevado a sus hijos y por ti.

- Me da igual mi hechizo, solo quiero estar contigo.

- ¿Por cuánto tiempo? Piénsalo.

El mayor reflexionó en silencio y sintiendo la tristeza crecer en su interior.

- Zhanie, algún día yo moriré - explicó. - Si no lo rompemos, sé que sufrirás por mi marcha y no quiero eso. Ya has tenido que aguantar mucho dolor y no deseo causarte más.

- A-Yi... - su voz tembló.

- Sigamos y ya veremos que pasa, ¿sí? - le sonrió.

El pelinegro asintió no muy convencido ya que todavía tenía ese mal presentimiento pero se propuso concienciarse de que no pasaría nada malo. Yibo pronunció la palabra "vamos" aunque el sonido no llegó a salir de sus labios.

Quisieron volver a la vía principal pero una voz a sus espaldas los alertó. Por el susto ambos se pusieron a la defensiva dándose la vuelta rápidamente.

- No me matéis por favor, aunque dudo que pudiérais hacerlo - dijo la anciana alfa del bosque.

- Usted... - el malhumor del pelinegro regresó.

- Cálmate, Zhan.

- ¿Qué está haciendo aquí? - preguntó el menor.

- En realidad no estoy exactamente aquí pero bueno, no os molestaré con ese asunto. Vengo a ayudaros.

- No necesitamos su ayuda, gracias.

El alfa intentó llevarse a Yibo consigo cuando emprendió el camino de nuevo pero la mujer apareció delante de ellos. El castaño quedó un poco sorprendido a diferencia del alfa que solo rodó los ojos.

- ¿Entonces queréis buscar la tienda durante toda la eternidad? Por mí perfecto.

- Si no la encontramos nosotros, ¿cómo cree que usted sí?

𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang