Capítulo 16.

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Estaban delante de la casa de los Wu y Yibo se lo pensó dos veces antes de golpear la puerta. No sabía cómo preguntarle a la familia sobre el chico que se llevaron sin volver a traerles malos recuerdos.

Después de varios segundos, se abrió una pequeña rendija y un niño pequeño asomó la mitad de su cara para ver quién era.

- Hola, pequeño. ¿Están tus padres? - preguntó el omega con voz dulce.

El chico no respondió y volvió a cerrar la puerta dejándolos fuera. Ambos se sintieron decepcionados y pensaron que la única pista que tenían se les iba volando para perderse y no regresar. Sin embargo, sus esperanzas volvieron cuando un sonido les advirtió que habían abierto de nuevo.

Se miraron momentáneamente y el castaño empujó la madera con cuidado.

- ¿Se puede?

El interior estaba bastante oscuro y el lugar estaba repleto de feromonas que indicaban la desolación de la familia. La mujer estaba sentada en un asiento mirando como el fuego convertía los troncos en cenizas. Su aspecto era muy desfavorable: sus ojos estaban rojos del cansancio y de las lágrimas, su piel estaba pálida y sus labios secos. La viva imagen de una madre a la que se le han llevado a sus hijos.

- ¿Señora Wu? ¿Señora Wu? ¿Me oye?

El omega se agachó hasta quedar frente a ella buscando atraer su mirada hacia él, pero aunque le tapaba la vista de la hoguera, la mujer seguía igual. Incluso las llamas se dislumbraban en sus pupilas.

- Señora... queremos preguntarle algo... sobre su hijo mediano - habló con lentitud y comprensión.

Ante su inmutabilidad, Zhan también se acercó y tocó el hombro de la omega para darle fuerzas. Ella cerró los ojos dejando libre su llanto. Desde una esquina, el niño que les abrió abrazaba un muñeco de trapo y poco a poco se fue ocultando hasta que se lo tragó la espesa negrura y solo podía verse parte de su figura.

- ¿Qué... qué queréis?

- Señora Wu... ¿podría decirnos si no es muy doloroso que pasó la noche de la desaparición?

La mujer sacó un paño del bolsillo de su vestido viejo y sucio y se secó las lágrimas. Tomó aire para tranquilizarse y bebió agua para aclararse la garganta.

- Yo... Me lo quitaron... solo salí del cuarto y cuando volví... - comenzó a llorar otra vez - ...cuando volví ya no estaba.

- ¿Compartía la estancia?

- Lo hacía... con mi hija... pero también desapareció... de la misma forma. De eso pasaron ya varios meses, fue en el anterior otoño. ¡¿Qué habrá hecho él con mis niños?!

- ¿Él? ¿Puede decirnos quién es él?

- No lo sé... nunca se le ve la cara, pero está claro... es él. ¡Él es el culpable de todo! ¡Ese maldito alfa de la leyenda!

El corazón de ambos muchachos se contrajo y el lobo interior de Yibo pidió salir a defender a Zhan, pero este le contuvo cuando vio sus ojos comenzar a cambiar de color.

- Dígame, vio algo de él. Cualquier cosa aunque sea la mínima - continuó el alfa.

- Es ágil, mucho para ser precisa. El dormitorio está arriba y no pudo entrar por otro lado que no fuera la ventana.

- Algo más...

- Yo no lo vi con mis ojos, pero mi marido sí. Por lo que me contó lleva una capa, una negra con el borde gris claro decorado con calaveras pequeñas. Él lo vio de espaldas cuando se marchó con nuestro primer hijo pero no pudo deternerlo... ni esa vez ni las dos siguientes.

𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now