Capítulo 32.

1.1K 241 74
                                    

Pura oscuridad, eso era lo único que veía Yibo, una negrura opaca y sin luz.

No había nada que le dijera donde estaba, ni siquiera parecía sentir algo. Flotaba sobre una nube estática sin poder andar hacia adelante o hacia atrás.

Sus latidos se aceleraron por la incertidumbre y deseaba con todo su corazón que Zhan estuviera bien. Tenía miedo de que lo hubieran capturado o algo peor.

Necesitaba salir de allí y descubrir que pasó pero no podía. Estaba atado con unas cadenas invisibles agarradas a algún lugar de ese extraño sitio.

- ¡Ayuda! - gritó buscando que alguien viniera. - ¡Ayuda!

- No volverás a ver a ese vagabundo - dijo la voz del joven secuestrador.

- ¿Qué...?

- Siempre tan entrometido. Solo eres un omega inútil - ahora era la de su padre.

A esas voces se le fueron añadiendo otras más, cada vez más fuertes y menos entendibles. Reconoció a algunas personas pero a otras no. Se tapó los oídos para dejar de escucharles, tenía que salir de ese huracán de oraciones que solo empeoraba su dolor de cabeza.

- ¡Cállense!

Pensó que no conseguiría nada y que continuarían haciéndolo pero afortunadamente pararon. Al notarlo, bajó sus manos lentamente mientras miraba a un lado y a otro aún sin ver absolutamente nada.

- Te quitaré lo que más quieres.

El omega se despertó de golpe sintiendo que le faltaba el aire y teniendo que respirar por la boca para no ahogarse. Ahora había luz pero su vista no se enfocaba en su alrededor y su sentido del oído se negaba a funcionar ensordeciéndolo con un pitido molesto.

Se empezaba a recuperar cuando algo le tocó el hombro. Yibo se volvió estando a la defensiva por si debía pelear contra alguien pero pronto dejó esa actitud.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y se acercó más a la verja que lo separaba del otro omega.

- A-Jia - lo abrazó con dificultad debido a los barrotes.

- A-Yi... creí que no te volvería a ver.

Ambos estaban muy felices de reencontrarse. Tanto que al castaño no le importó en lo más mínimo descubrir dónde estaba o qué había ocurrido. Solo quería sentir el calor del adolescente que tanto había echado de menos.

- Lo siento, tuve que haber impedido que te llevaran pero no lo hice.

- No te culpes, lo imprescindible es que nos hemos vuelto a ver. Tuve mucho miedo cuando te trajeron inconsciente, intenté despertarte pero no lo hacías - lloriqueó. - Pensé lo peor cuando pasó el segundo día.

- ¿Segundo día? - se separó para mirarlo de frente.

- Sí, han pasado casi tres días desde que te trajeron. No sabía que había pasado ni porqué estabas aquí.

Mientras Jia seguía hablando, Yibo observó el lugar y notó que estaban en unas celdas de hierro. Las puertas estaban cerradas con llave y solo había un pasillo que acababa en una puerta de madera.

- ¿Estamos solos?

- Sí. Había un chico más pero se lo llevaron ayer, ya no lo he vuelto a ver desde entonces, solamente fui capaz de oír sus gritos al otro lado de la salida - bajó la cabeza con pesar y su cuerpo tembló.

- No te preocupes, saldremos de...

Un golpe fuerte le hizo callar y los dos miraron hacia la puerta. El castaño reconoció inmediatamente al alfa que entró ya que era el mismo que le clavó la daga a su destinado.

𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora