𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)

Epílogo

Ese brillo que conocían tan bien desapareció dejando ver a un lobo totalmente negro y más grande de lo que esperaban. La rabia lo consumía haciendo que babeara y soltase espuma por la boca.

El primer movimiento que hizo fue en contra de Zhan para que liberase a su aliado y así comenzar una batalla con él con el objetivo de matarlo. En esos momentos se lamentaba de no haberlo hecho desde un principio, aquella noche hace tantos y tantos años debió cumplir su deseo y no alargar su desdicha. Para lo único que le sirvió el hechizo que le lanzó al pelinegro fue sufrir su mismo destino.

El padre de Yibo se levantó de la alfombra y se apresuró en enfrentarse a la hechicera. La anciana intentó defenderse pero el hombre era ágil y fuerte por lo que, con un golpe en la parte trasera de su cabeza, la dejó desmayada en el suelo.

- ¡Abuela!

El castaño fue a ayudarla y sostuvo su cabeza en su regazo. Tras comprobar que no le había pasado nada malo y que solo estaba inconsciente respiró más tranquilo. Luego, miró al alfa con desprecio mientras sus ojos tomaban una tonalidad verdosa.

- No te atrevas a retarme.

- Intentas acabar con todo lo que me importa así que sí, lucharé contigo hasta que solo quede uno.

- ¿No piensas en tu hijo? - preguntó con sorna.

- Justamente lo estoy haciendo por él - gruñó poniéndose de pie.

El alfa iba a aproximarse a Yibo pero Jia saltó sobre él tapándole los ojos y dejándole sin visión. El hombre se movía mucho intentando quitárselo de encima y la distracción fue aprovechada por el castaño quien vio en una de las paredes decoradas una antorcha apagada.

Cogió el objeto y golpeó con él el estómago de su padre haciendo que expulsara todo el aire de sus pulmones. Sabiendo que no conseguiría defenderse si no se libraba del vagabundo, el mayor llevó sus manos a la espalda y agarró al adolescente por la ropa. Luego lo lanzó con violencia lejos de los dos provocando que gimiera de dolor cuando cayó al suelo.

El otro omega se preocupó y se giró ocasionando que su padre le diera una patada al palo de madera dejándole desprotegido.

- Solo somos tú y yo.

Ambos lanzaban golpes hacia su adversario y esquivaban los que podían. La batalla entre los dos era dura pero aún más lo era la de los alfas.

Zhan estaba en esos momentos tirado con el lobo sobre él ejerciendo fuerza para alcanzar con sus afilados colmillos la piel de su cuello. El pelinegro lo empujaba hacia el lado contrario y giraba la cara hacia la derecha mientras apretaba los dientes por el esfuerzo.

Su vista se fijó en una tabla que fue utilizada tiempo antes por uno de los secuaces para defenderse de él. Estiró uno de sus brazos, teniendo que aguantar todo el peso del animal con el otro, para alcanzar ese objeto.

Estuvo a nada de conseguirlo pero tuvo que dejar momentáneamente su intento para controlar al lobo. Tiró de él con más ímpetu soltando un grito y, cuando lo alejó lo suficiente de su cara, tomó la madera tras un rápido movimiento. Con esta golpeó el costado del contrario quien se quitó de encima un poco adolorido.

El canino volvió a atacar con más ira pero Zhan puso la tabla entre los dos provocando que la mordiera en vez de a su brazo. Estuvieron forcejeando hasta que cayeron de nuevo al suelo, sin embargo esta vez no sería como la anterior. El lobo tenía la madera entre sus fauces impidiendo que pudiera llegar al azabache así que este le dio la vuelta colocándose ahora encima.

El jefe no tenía escapatoria, aunque arañaba con sus uñas al pelinegro este lo podía aguantar sin problemas.  Apretó más el palo contra el animal inmovilizándolo por completo pero sin llegar a matarlo. Si lo hiciera no conseguiría nada, solo que la lucha comenzara otra vez pero con los dos en forma humana.