Capítulo 15

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Yibo salió de la cabaña cargando con la cesta de la caza. Suspiró con cansancio pensando en el día que le esperaba y en el calor que pasaría vendiendo.

Torció la boca mientras pensaba y se le ocurrió la idea de empezar a investigar sobre las desapariciones. Habían pasado unas semanas desde aquel día en el que descubrió la verdad sobre su amigo y, entre todas las tareas que le ordenaba el alfa y el miedo de que Zhan se alejara mucho del cobertizo, no habían podido comenzar la investigación.

Se desvió de su camino, siempre mirando hacia atrás por si veía a su padre, y fue a por el otro joven.

- Zhan... - le llamó abriendo la puerta.

Se sorprendió al descubrir que no había nadie dentro y se puso muy nervioso. Pensó en las peores situaciones posibles y soltando su carga buscó por la zona con la respiración agitada y la inquietud en sus piernas. Daba vueltas, a veces sin sentido, con la esperanza de encontrarlo y que no hubiera pasado nada.

Caminó y caminó hasta que escuchó el murmullo del río. No creía que estuviera allí por lo que empezó a alejarse, sin embargo vio por el rabillo del ojo una silueta muy conocida. Se fijó mejor y suspiró tranquilizándose.

Fue hasta Zhan quien estaba sentado en la orilla con las pies metidos en el agua. Su cabello estaba muy mojado y su ropa un poco húmeda haciendo sonreír al omega.

- Nunca imaginé que te vería así.

- ¿Eh? - el alfa se giró para verlo. - ¿Así cómo?

- Mojado - le revolvió el pelo y el contrario medio rió.

- Ya era hora.

El mayor miró fijamente a Yibo desde el suelo y nuevamente se quedó perplejo al contemplar su belleza. Durante esos días había decidido que no caería en la tentación de verlo de esa manera, pero fracasó. En cada momento que podía lo observaba, sobre todo cuando él no se daba cuenta, estaba entretenido con otro asunto o contándole algo.

Al principio se convenció que era la hechicera gastándole una broma. No se llevaba del todo bien con esa señora y no era la primera vez que le lanzaba leves hechizos que no duraban más de dos o tres días para meterse con él. Sin embargo ya llevaban semanas y todavía sentía lo mismo, incluso más fuerte que antes, por el otro chico. La idea de que todo eso no era un plan de la anciana alfa no era tan descabellada.

- ¿Qué... qué te... pasa?

Yibo contuvo su tartamudeo al notar como el pelinegro no le quitaba los ojos de encima y llevaba un tiempo sin ni siquiera moverse. Su mirada le producía escalofríos y le revolvía el estómago con una euforia desconocida.

- Nada, no me pasa nada - giró la cara y se centró en el movimiento del agua.

- Va... vale.

El silencio hizo acto de presencia, fue el más incómodo y extraño de los que hubo en todo el tiempo que se conocían. Ambos tenían cosas que decirse pero no sabían ni lo que debían decir ni cómo. Es como la sensación de que se te olvida algo y tienes la necesidad de encontrarlo pero no sabes que es esa cosa.

- Eh... Zhan.

- ¿Mm?

- He pensado que... podemos empezar a buscar al culpable de las desapariciones.

- Yo igual, aunque todavía no sé qué tiene que ver eso conmigo. ¿Cómo puede ayudar encontrar a esa persona a romper mi hechizo?

- También lo desconozco pero... si esa señora lo dijo...

- No me fiaría de ella - torció la boca.

- ¿Por qué?

- Las brujas son todas iguales, solo buscan la maldad.

𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora