𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)

Capítulo 19

Zhan estuvo esperando mucho tiempo en el lugar donde quedó con Yibo. Pensó que quizás se estaba retrasando porque su padre aún no se marchaba o porque debía ocuparse de algo antes.

Su celo ya estaba más calmado y, aunque todavía le dolía a veces, podía controlarse si respiraba hondo y contaba hasta diez. Se sentó sobre una roca y continuó con su espera estresándose cada vez más. La pregunta "¿por qué no viene?" ya era muy cansina en su mente, la cual imaginó lo peor.

La idea de que el padre del castaño los hubiera visto juntos o hubiera notado su olor en la piel del menor le preocupó y su lobo le ordenó que fuera a buscarlo. Era muy arriesgado pero tenía que descubrir que pasó con su omega y si estaba bien.

Caminó en dirección a la cabaña preparado para luchar con el otro alfa si hiciera falta. Las ventanas estaban cerradas y no se podía ver nada del interior desde fuera lo cual decepcionó al joven. Subió los escalones y golpeó la puerta con la esperanza de que Yibo le abriera.

Tras unos minutos nadie salía y él agudizó el oído por si escuchaba algo dentro. Se oían una clase de murmuro o susurro, tal vez una queja, pero no estaba seguro de ello. Lo que sí sabía era que el omega estaba allí ya que lo sentía.

- Yibo - lo llamó. - Yibo.

Ante la falta de contestación, se dispuso a entrar de la forma que fuera pero el menor acabó por abrir. Miraba hacia abajo y no parecía contento.

- ¿Estás bien?

Zhan le levantó la cara con su mano para observar si le habían golpeado o herido, sin embargo estaba perfectamente excepto por unas pequeñas ojeras bajo sus ojos. El castaño se estremeció por el toque y lo apartó cerrando la casa y separándose todo lo que pudo de él para meterse en el bosque.

Cuando pasó por al lado del alfa, este notó algo extraño que le hizo sospechar y poner contento a su instinto lobino. Lo persiguió y le detuvo tomándole de la muñeca con delicadeza. De nuevo la piel con su piel provocó que las mejillas del omega se sonrojaran y su respiración se acelerase.

- Yibo...

- Suéltame.

Hizo un movimiento brusco sin lograr nada ya que no pudo soltarse. Zhan tiró de él y lo abrazó escondiendo su rostro en su cuello. Inhaló su aroma dulce, más de lo habitual, y confirmó sus sospechas.

- Tú también...

Su cuerpo tembló por las cosquillas que le hacía su aliento en esa zona y un pequeño jadeo salió de sus labios. Ese leve sonido puso eufórico al lobo del pelinegro pero, en cambio, le fue muy vergonzoso al contrario. El omega se separó y lo enfrentó.

- Sí, también estoy en celo, ¿y qué? - preguntó con hostilidad y siguió caminando.

- Yibo.

- ¿Qué pasa? - no se volvió a mirarlo.

- ¿Te duele?

- No - mintió.

- Dime la verdad.

- ¿Y si me doliera qué? - se giró y lo empujó con su dedo índice en el pecho. - No te incumbe nada de lo que me pase.

- Eres mi omega, por supuesto que me incumbe.

- Pues ayer se te olvidó que lo era.

Con su corazón dañado al recordar el rechazo del alfa, continuó el camino sin pronunciar palabra. Zhan le siguió unos pasos más atrás sin parar de observarlo. Estaba muy triste y, a la vez, sorprendido. Le impresionaba que Yibo pudiera disimular tan bien su estado, lo único que lo delataba era su olor pero, por lo demás, nadie pensaría que estaba en celo.