Capítulo 25

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Yibo estaba intranquilo. Pasó la mañana en el claro de su abuela y luego en el de su madre. Zhan lo acompañó en todo momento e incluso fue con él a visitar de nuevo a la anciana hechicera.

El omega le preguntó sin parar sobre la pócima con miedo de que no funcionara o algo saliera mal. Por mucho que la mujer le insistía que su padre no notaría ni la marca ni el olor ni nada continuaba con sus dudas. La alfa terminó por medio enfadarse y los volvió a echar de su cabaña como aquel día en el que el pelinegro cambió de forma.

Durante el camino de regreso, el mayor lo estuvo abrazando para tranquilizarlo aunque él también estuviera nervioso. Zhan tuvo que quedarse en el cobertizo y Yibo fue a enfrentar a su destino.

Respiró hondo y se acercó a los escalones notando que en estos había huellas de botas. Su padre había vuelto, estaba seguro.

Entró a la casa con una cesta repleta de troncos de madera para la hoguera. Al menos tendría la excusa de que salió para recogerlos. En la estancia principal no vio a nadie y pensó que el alfa habría ido a su cuarto. Dejó lo que traía en el suelo haciendo más ruido del habitual para advertir de su llegada y avivó las brasas soplando para que no se extinguiera el fuego.

- Estás aquí - dijo esa voz grave tras su espalda.

- Mm - asintió.

- ¿Alguna novedad desde que me fui?

- Ninguna.

- Bien.

El hombre tomó una botella de alcohol de un estante y se sentó en una silla al lado de la mesa. El castaño no se giró a mirarlo, solo siguió con su tarea pero notando la mirada de su padre sobre él.

- Te comportas de manera extraña - dijo bebiendo directamente de la boquilla.

- Estoy igual que siem...

- No me repliques.

En el lugar reinó el silencio mientras el menor solo observaba las chispas de las llamas consumir lentamente la madera. Se había quedado anonadado allí sin saber cómo recuperar el control de su cuerpo. No fue hasta que sintió una mano fría en su hombro cuando pudo reaccionar.

- ¿Qué has hecho mientras no estaba? - preguntó.

- Me quedé aquí.

- ¿Estás seguro?

- Sí.

- ¿Tú solo?

Su corazón quiso acelerarse pero consiguió frenarlo antes de que se notara.

- Mm.

Aún con su afirmación, el alfa le descubrió el cuello para comprobarlo. No vio lo que esperaba ya que allí no había absolutamente nada. De todas formas olió su piel en busca de algún rastro de aroma sin tener éxito tampoco. Al reconocer que no llegaría a ningún lado así, lo soltó y regresó a su lugar.

- Eres un omega obediente, inútil pero obediente - se burló. - Todos sois iguales: idiotas y estúpidos.

Yibo contuvo sus ganas de llorar al recordar a su madre. Lo que había dicho el hombre claramente iba dirigido a ella, solo por sacrificar su vida por él.

- Traje algunas presas, están en esa caja - la señaló. - Esta tarde ve a venderlas y no llegues muy entrada la noche.

- De acuerdo.

- Avísame cuando esté la comida.

Se levantó con botella en mano y se encerró en la otra habitación. El joven pudo respirar tranquilo después de todo ese rato de mal trago. Suspiró varias veces seguidas y se alegró de que lo que bebió sirviera y de mucho.

𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now