Capítulo 10.

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Yibo se sentó en la orilla del río haciendo que las aguas mojasen sus piernas. El calor era bastante fuerte ya y se respiraba un ambiente pesado pero relajado.

Su padre había vuelto a salir y estaba feliz de tener tiempo libre para él y hacer lo que le gustaba. Entre esas cosas obviamente estaba el jugar con su amigo canino al cual todavía no había visto esa tarde.

Un pajarito pasó por delante de él y se posó en la rama del árbol que estaba en frente al otro lado del caudal. El omega silbó para llamar su atención y el animalillo le respondió con un débil canto pero hermoso a la vez. Su alegría acabó por dejar libre su dulce aroma, no tenía porque preocuparse de soltarla, no le regañarían esta vez ya que estaba solo.

No muy lejos de allí, un joven lobo descansaba sobre el pasto al lado de una tumba. Estaba dormido pero un sonido y un olor conocido hizo que se despertara. Con pereza y estirando sus patas delanteras mientras bostezaba se levantó para ir en busca del chico. Antes de abandonar el claro se giró para ver el montículo de piedras y recibir el leve frescor de la corriente de aire.

Yibo dejó que su espalda cayera sobre la hierba y apoyó su cabeza en sus brazos cruzados. Continuaba escuchando el cantar del ave y decidió cerrar sus ojos para descansar un poco.

No supo cuánto tiempo pasó hasta que notó como algo lo tocaba. Miró que era y delante de él estaba el lobo llamándolo con la pata.

- Oh. Hola, Zhanie - el contrario ladró como saludo. - ¿Qué tal el día? - el canino bostezó otra vez. - Tienes sueño. Te entiendo, yo también.

Observaron el paisaje como todos los días. Cualquiera diría que es muy aburrido ver siempre lo mismo pero el dinamismo de la naturaleza hacía cambiar todo de una forma casi mágica. Ellos nunca se cansarían de aquello.

- Oye, bonito. ¿Quieres bañarte? - por su mirada supo que no. - Pues si no lo haces debes darme algo a cambio - se levantó y caminó para irse. - Ey, no seas así. Vale, no te pido nada.

Volvió con aire de orgullo y la cola en alto y se tiró sobre su panza colocando su cabeza sobre las piernas del omega.

- No puedo creer que hasta un lobo me manipule - se quejó.

Su acompañante se molestó por como le llamó y lo miró seriamente. Su expresión no era muy amistosa y algo en sus ojos le advirtió que no lo llamara así.

- ¿No quieres que te diga lobo? - negó. - ¿Y si lo hago?

Zhan supo que estaba bromeando y que había entendido que no quería que utilizara esa palabra para referirse a él pero quiso asustarlo un poco.

Se abalanzó contra él tumbándolo sobre la hierba y colocándose encima enseñando sus dientes. La acción sorprendió a Yibo quien no pudo hacer más que abrir sus ojos y su boca. Su expresión fue suficiente para el animal y dejó de "amenazarle" aunque seguía estando arriba del omega.

- Me has dado un susto de muerte. Quítate - le empujó por el costado pero no lo consiguió. - ¿Ahora que quieres?

El canino se había quedado quieto mirándolo fijamente y la escena se puso tensa para el muchacho.

- ¿Qué deseas que te diga? ¿Qué eres el dominante? Sí lo eres, ahora quita.

Zhan reaccionó y se fue trotando para perderse en el bosque. No sabía que le había pasado para actuar de esa manera.

- Zhanie, vuelve. Perdón si te he molestado.

El lobo no se iba por esa razón pero se sintió mal de que el omega pensase que se iba por su culpa. Tragándose sus nervios regresó junto a él pero se mantuvo más distante. No le sirvió de nada ya que Yibo se acercó y le acarició el lomo.

𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now