Capítulo 23

1.3K 271 110
                                    

- Zhan.

- ¿Sí?

- He estado pensando.

- ¿En qué?

- En muchas cosas - suspiró colocando su brazo sobre sus ojos.

Acababan de llegar de nuevo al bosque y decidieron quedarse un rato junto al río para descansar. Estaban tumbados en el suelo uno junto al otro apenas sin hablar. Según sus cálculos, su padre no debería volver hasta el día siguiente pero ya sentía sus nervios fluir por su sangre.

- No te preocupes - el alfa puso su mano sobre su barriga para calmarlo.

- No sé qué hacer.

- No sabemos que pasará pero de lo que estoy seguro es que no te pondrá un dedo encima, me aseguraré de ello.

- Zhan... - giró su cabeza sobre la hierba para verlo.

- No, Yibo. Esta vez no será como la anterior, si intenta tan siquiera tocarte un pelo no me quedaré sin hacer nada por mucho que insistas. Y no podrás ocultármelo.

La preocupación y la angustia en las pupilas del mayor hizo que su corazón se apretase en su pecho. Con lentitud cambió de posición hasta sentarse a horcajadas encima del vientre del pelinegro y se acercó a sus labios.

Se besaron sin ninguna prisa y disfrutando del sabor de la boca del contrario. Desconocían la razón pero todo aquello les sonaba a despedida. Tal vez fue el miedo de saber que pasaría cuando su padre viera la marca en su cuello o simplemente el mal presentimiento que Zhan aún tenía en la boca de su estómago. Todo se juntó provocando que, quizás por última vez, quisieran estar juntos de nuevo.

Se separaron por falta de aire pero ambos sabían que no iban a quedarse allí e iban a continuar.

- Señora, si está viendo esto le pido que no lo haga - dijo el mayor al aire sacándole una carcajada al castaño.

- No pienses en eso ahora.

Yibo volvió a unir sus labios más fervientemente y con un deseo que creció desde su parte más baja. Su cuerpo sufría de escalofríos cada que el pelinegro rozaba su lengua con la suya.

Después de un rato donde el intercambio de saliva era continuo, la ropa comenzaba a estorbar. El alfa se sentó dejándolo a él sobre sus muslos, no tuvo que decirle nada ya que instintivamente sus piernas se enroscaron en su cintura.

La zona superior del omega pronto desapareció y Zhan mordió sus pezones como lo hizo aquella noche en la posada. Los sonidos propios de la naturaleza salvaje del lugar fueron acompañados de pequeños gemidos y jadeos provenientes del chico más joven. Su garganta no quería callarse y él no podía ponerle freno ante la maravilla que hacía su destinado con su boca.

No supieron en qué momento ocurrió ya que el calor del momento los dominaba pero los dos se deshicieron de sus ropajes, los cuales cayeron en algún lado despreocupadamente. El roce de sus miembros hizo gruñir al pelinegro quien mordió el labio de su omega poniéndolo rojo.

El líquido que abandonaba el cuerpo del castaño cayó en la pierna de su pareja al encontrarse sentado sobre este advirtiéndole que ya estaba preparando y no aguantaría mucho más.

Zhan agarró al menor de la cadera y lo puso justo en el sitio adecuado para entrar en su interior. Luego lo empujó hacia abajo mientras él lo hacía en el sentido opuesto.

- Ahh.

Por la intromisión soltó un gemido agudo y casi lastimero pero que en realidad representaba todo el placer que sentía. Comenzaron de esa manera, siendo el omega quién dirigía el ritmo pero, pasado un tiempo, sus movimientos se hicieron más fuertes y erráticos mientras tomaba aire dificultosamente.

𝐴𝐿𝐹𝐴 (𝑍𝐻𝐴𝑁𝑌𝐼) | Finalizada (CORRIGIENDO)Where stories live. Discover now