Capítulo 4.

509 35 13
                                    

"¿Sabes...? Cuando uno está verdaderamente triste es agradable ver las puestas de sol."

¡Liam no te alejes de mi!

Ainhoa.

Tengo frio, o creo que lo tengo.

Mi cabeza duele demasiado, eso me pasa por estar llorando como estúpida.

Sorbo mi nariz intentando no volver a hacerlo, no quiero darle más motivos a Liam para que me odie por manchar también su coche con mis lágrimas.

Agradezco que no me esté haciendo preguntas ahora mismo y simplemente me lleve a esa dichosa fiesta.

¿Estará Josh allí? Lo más probable es que sí.

¿No vino a nuestra cita por estar aquí? Lo más seguro es que si, y lo peor es que cada una de las idioteces que me hace siempre termino cediendo, siempre me tiene que pedir perdón por lo que hace. Por no comportarse como mi novio.

Lo que más quería era celebrar mi cumpleaños con él, mis padres están lejos y ahora mismo Josh es la única familia que tengo, y me está dejando de lado.

Me duele en el corazón pensar en los tiempos en los que estábamos bien y él era atento y cariñoso. Nunca sabré por qué de la noche a la mañana comenzó a avergonzarse de mí.

Mi mente es:

Es por qué se dio cuenta de que no soy suficiente.

Será por mi aspecto.

Mi ropa negra simple y nunca sexy.

Mi timidez y mi culo recto como una tabla.

No puedo evitar pensar en eso cada vez que me deja de lado, cuando pone otras cosas, personas como su prioridad.

No me importa si ensucio con mis tacos el asiento de Liam, si ensucio mis brazos con mis lágrimas, tengo el corazón roto y merece desahogarse.

Fijo la mirada en mi ante brazo y mi corazón comienza a acelerarse poco a poco, mi cuerpo es dominado por el pánico y el miedo.

No llevo mi brazalete.

Mierda, no, no, no. Debí habérmelo puesto nada más salir, ¿Cómo tan distraída?

—¿Me dirás que te pasa? —Escucho murmurar a Liam a mi lado, su voz tranquilizado me ayuda a controlar mi respiración y el revoltijo que son mis entrañas— sé que... la cague, no sé en que con exactitud pero algo debí de hacer como para me regañaras por el móvil pero... —sonríe amargo negando con la cabeza. La vista fija en la carretera— dime que sucede princesa, me estoy carcomiendo la cabeza pensando que hice algo que te pusiera así.

Sorbo por la nariz arrugando los ojos.

—No es por ti Liam... —no, la voz me salió temblorosa y sé que eso a él le irrita como el demonio— lo siento...

—¿Entonces qué pasa? —fija sus ojos al mismo tiempo que me volteo y siento pesar al ver su rostro cargado de preocupación.

—¿Puedo no decirlo? —Abre la boca para replicar alternando la vista de la carretera y de mi— oye Liam, podrías... no dejarme sola por esta noche.

No quiero estar sola, ya no.

Ladea la cabeza escrutándome.

—Claro princesa, lo que me pidas lo hare pero...

Me seco las lágrimas con el dorso de la mano, si Aleix me viera probablemente me mataría por estar arruinando su obra de arte.

—¿Pero...?

Sedúceme como quieras #2 ©Where stories live. Discover now