Capítulo 24.

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"Porque el dolor de un corazón roto pasa, pero el saber que dejaste que alguien te hiciera olvidar lo que vales y te pisotee se queda contigo para siempre"

A través de mi ventana.

Sentimientos.

Liam.

¡Eres como un puto laberinto! Era lo único que quería decir ahora mismo.

¿Qué era este silencio incomodo ahora? ¿Por qué no simplemente actúa como si nada hubiera pasado? Aunque no me desagrada el hecho de que se vino en mi mano, pero eso ya eran otros temas.

No supe como descifrar lo que paso, y que actué como si estuviéramos de camino a la iglesia no ayuda para nada.

Resoplo aparcando frente a la cabaña y justo entonces Ainhoa decide hablar.

—Amm... las zapatillas blancas están sobre mi maleta —aprieta los labios sin mirarme— ¿puedes... puedes traerme una braga?

Aprieto los labios conteniéndome a bromear sobre lo roja que está ahora mismo.

—Está bien, ahora vuelvo —salgo del coche. Rodeo el coche y meto la cabeza por la ventanilla hasta abajo, tomo su rostro con mi mano y la atraigo hacia mis labios— por mientras piensa en algo de qué hablar por el camino.

Dicho esto camina a la puerta. La cabaña está completamente solitaria y fresca bajo el sol caluroso, subo las escaleras hasta la habitación usada por Ainhoa y mi hermana. Toco dos veces antes de entrar.

Mi hermana no está, debió haber ido directo a la fiesta.

Voy hacia el armario donde no hay ni una sola prenda fuera de lugar y tomo la maleta negra de la pelirroja. Tal como dijo las zapatillas Nike están sobre esta, las quito del camino y abro el cierre. No hay demasiada ropa pero esta tan ordenado que me da hasta pena tocar todo.

Muevo un poco unos pantalones y camisetas hasta dar con la bolsa donde la vi meter anoche su ropa interior, la abro esparciendo todo en la cama y me quedo unos minutos mirando. No hay mucha variedad de color pero no tengo ni puta idea cuales son las adecuadas para una fiesta.

Tomo una braga negra simple alzándola en el aire, decido que esta es buena para bailar cuando por el rabillo del ojo distingo una franja de algo rojo. Es una tanga.

Lanzo la braga negra dentro de la bolsa, guardo todo y con la tanga roja y las zapatillas bajo corriendo sin poder quitar la imagen de Ainhoa usando este tipo de ropa interior. Acomodo mi pantalón diciéndome a mí mismo que no es hora de una erección.

Salgo y cierro con los ojos sobre el cabello de Ainhoa que sobresale por la ventanilla mientras le da el viento, me detengo completamente cuando mi cabeza va directo hacia el camino de la playa. Mi hermana con Logan a su lado ¿Qué hacen?

Me digo a mi mismo que quizás se metieron al agua antes de ir a la fiesta pero me llevo una gran decepción cuando mi hermana da un salto posicionándose frente a mi amigo y le sonríe, y no es eso lo más impactante por qué cuando Logan se mueve un poco puedo ver hacia abajo, hacia sus manos entrelazadas.

Respiro con fuerza cuando siento la ira y el desconcierto naciendo al verlos. ¿Qué carajos hace Logan con mi hermana? ¿Qué se supone que están haciendo? Aprieto mis puños negándome a la idea de malinterpretas la situación, ella me pidió que no estuviera tan encima pero joder... estoy completamente celoso.

—¡Liam! —volteo hacia Ainhoa de inmediato— Zac dice que esto ya está empezando.

Me debato en si ir hacia mi hermana para que me explique o voy con Ainhoa.

Sedúceme como quieras #2 ©Where stories live. Discover now