Ella es puro fuego, fuego escondido debajo de un mar tormentoso que no la deja ser ella, no la deja brillar a su manera.
Es tornado, invade todo lo que toca, hasta mis propios sentimientos. Me deja completamente colocado cada vez que se mueve de esa...
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Celos.
Ainhoa.
Desde que habíamos empezado este pequeño trato con Liam no había parado ni por un segundo. Eran época de exámenes y aunque Josh me repetía una y mil veces que estaba estudiando y no tenía tiempo, no podía entenderlo.
Liam se pasaba todos los días aquí en mi habitación, ya sea estudiando, haciendo el tonto o simplemente pasando el rato, hoy no había venido y por alguna razón sentía que estas cuatro paredes querían comerme vivía. Tenía un dolor punzante en la cabeza justamente en la frente que no me dejaba tranquila.
No sé por qué lo hice ¿sabes? Es como cuando sabes que las cosas no cambiaran pero aun así esperas que lo haga, por eso nada me detuvo cuando hice esa llamada.
—¿Qué hay cariño? —cariño, ese simple apelativo cariñoso con el que a veces se refería a mí y antes parecía encantarme, incluso ahora lograba hacer revolotear algunas mariposas en mi estómago— ¿Noah?
Tome aire y dije.
—¿Crees que podemos salir? —mordí mis uñas esperando que el digiera algo, alguna cosa— estoy aburrida de estar aquí y quiero salir a dar una vuelta con mi novio.
Me di cuenta que dudo un poco, sopesando mi propuesta de si era una buena idea.
—No tengo dinero Ainhoa —el corazón pareció dejar de latir en mi pecho cuando escuche aquello. Se me hizo un nudo en la garganta ¿Qué me importaba si tenía dinero o no? No éramos novios por eso, no precisamente teníamos que ir a un sitio en particular— ¿Por qué no sales con tu amiguita Lexie? —Soltó aire— aunque no creo que sea una muy buena influencia esa chica.
—¿Por?
¿Qué tenía de malo Lex?
—No tienes idea ¿no? Esa chica es la comidilla de toda la uni, es como la peste o eso dice Meri.
En ese instante no pensé, ni me corte cuando dije.
—¿Sabes qué Josh? La gente víbora se lleva bien con los de su especie, creo que es por eso que te hiciste tan amigo de esas chicas y los del equipo, quizá también en el fondo eres así...
—¿Cómo así? —espeto y pude sentir como apretó el móvil con fuerza.
—Prejuicioso.
Lanzo una carcajada amarga, lo imagine andando por su habitación sin camiseta y con sus lentes que debía usar siempre.
—No soy prejuicioso, Ainhoa. Si hablan será por algo ¿no?
Lo quise golpear, o quise que alguien lo hiciera por mí.
—Oye Joshua, ¿te acuerdas ese fin de semana cuando tu mejor amigo divulgo cosas sobre mí? "la zorra araña se acostó con todo el equipo de futbol""la zorra araña se la chupo Mika en el autobús"
