Capítulo 31.

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"A veces necesitamos unos cuantos días malos en la vida para poder ver los buenos desde otra perspectiva"

TAL VEZ MAÑANA.

A

Ainhoa.

Se me escapo una risa nerviosa cuando bajamos del taxi frente a mi residencia. La humedad en mi entrepierna se hizo cada vez más presente con las manos de Liam sobre mi cuerpo, el pasillo estaba oscuro. Quite las manos de Liam bajo mi camiseta intentando darle a la cerradura.

Cuando la llave entro en el agujero Liam me tomo de la cintura volteándome y pegándome a la pared. No dejaba de pasear su boca y manos por cada recóndito de mi cuerpo, y si no entrabamos ya mismo me temía que acabaríamos haciéndolo aquí.

Era malo, ahora lo confirmaba. Liam era la persona más malvada y traviesa que existiera en la tierra. No sé en qué momento comenzó a provocarme, si fue cuando puso su mano sobre mi muslo interno o cuando descaradamente beso mi escote en el avión.

Cualquiera de las situaciones nos había traído a esto.

Ni siquiera prendimos la luz, solo éramos besos, caricias y más besos. No podía quejarme.

Me desiste de su camiseta y mi blusa en el instante en que nos separamos para tomar aire mientras él hacía lo mismo con sus zapatos y cinturón.

Mientras se quitaba su ropa interior aproveche de patear mi jeans ajustado y quedarme en la braguita color carne que me había puesto esa mañana.

Si a mí no me interesaba que mi sostén y braga combinase, menos a Liam.

Me acosté en mi cama a la espera de que se acomodara entre mis piernas, y eso hizo. Se acostó sobre mí pasando su lengua por mis pezones sabiendo que eran sensible al tacto y eso haría que la excitación se elevara.

Lo sentía caliente contra mi monte de venus y removiéndome le di a entender lo que quería y necesitaba a partes iguales.

Entonces lo hizo, se adentró dentro de mí con una lentitud haciendo que volteara los ojos. Enrede mis tobillos en su espalda baja, puse una mano en su cintura sudorosa.

Sus embestidas fueron suaves, rosando su pelvis contra la mía. Toda su concentración estaba en mis senos, chupando, masajeando y mordiendo. La combinación era tan intensa que mi espalda no dejaba de arquearse.

Quería intensificarlo aún más, pero Liam parecía querer deleitarse con mi piel, y yo ya no podía más.

Acople toda mi fuerza en mis brazos y piernas haciéndolo retroceder y cambiarlo de lugar. En un certero movimiento lo tuve bajo mi cuerpo y yo sentada en su vientre, habíamos perdido la unión con el movimiento.

Con el cabello cubriendo mi rostro mire donde el espacio entre nosotros, lo tome con dos dedos levantándome un poco y cuando la punta estaba en el mi abertura me deje caer con fuerza.

Cerré los ojos con fuerza, mi brusquedad había hecho que doliera.

Liam por otro lado apretaba mi culo entre sus manos con fuerza, de seguro dejaba marca.

Cuando mi cuerpo se acoplo al suyo dejo de doler y en su lugar dejo una excitación que solo había experimentado cuando me frotaba sobre sus rodillas. Con inexperiencia moví mis caderas hacia adelante, vi el labio inferior de Liam ser atrapado por sus dientes y volví a repetirlo.

Mire hacia la parte que nos unía mientras me mecía sobre él, no sé por qué, pero no quise quitar la mirada de allí, tire la cabeza hacia atrás soltando un fuerte gemido cuando Liam me acompaño en el movimiento, sus manos se apretaban tanto a la piel de mis caderas y no sabía si el escozor era de dolor o de excitación.

Sedúceme como quieras #2 ©Where stories live. Discover now