Capítulo 40.

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Captura.

Ainhoa.

El cielo estaba oscuro, negro, y las estrellas no me devolvían la sonrisa que yo les estaba dando. Idiotas, no deberían juzgarme por hacer justicia por mi propias manos. Si lo que estaban a cargo no lo hacían ¿Qué había de malo hacerlo por mi propia cuenta?

Confiaba más en mis compañeros que en un sistema de mierda que lo único que hacían cuando hay un posible asesino suelto era beber café y llenarse la boca de donas.

Una parte de mí se alegraba, dios mío cuanto lo hacía. Lexie había despertado hoy por la tarde y si era posible mañana podríamos visitarla todos. Incluso Liam.

Porque ahora — sonreí para mis adentros— ahora comenzaba la cacería y todos teníamos el mismo objetivo.

—Viejo. ¿No te da miedo cuando sonríe así? — escuche el susurro de Billie.

—Si... ¿no es raro que sonría de esa manera? — Respondió Nel con los ojos incrustados en mi nuca— digo, estamos siguiéndole el rastro a esa sanguijuela pero... —chasqueo la lengua— ¡joder como se parece al jefe Kevin.

—Nunca la había visto así Nel — volvió a susurras Billie. Como si no supiera que los escuchaba— bueno, antes daba escalofríos pero ahora da miedo.

Vi por el rabillo del ojo como Billie se estremeció. Yo aún seguía sonriendo a las estúpidas estrellas.

—Cállense ustedes dos — espeto Rexha saliendo de la base de Harol, un tío lejano de mamá al mano de la pandilla en la cuidad— ¿De qué se sorprenden? Si de algo todos estamos claros es que Cailin es retorcida, calculadora y está un poquito loca.

Se giró a verme con una ceja arqueada con su jodida sonrisa hipócrita. Rodee los ojos asintiendo y eso la dejo satisfecha, movió el cabello azul de lado a lado meneando sus caderas de forma provocativa para que así, Axel la viera.

Joder cuanto la detestaba. Al menos le había crecido el cabello desde la última vez que cruce palabra alguna con ella. El odio era mutuo, yo de ella por ser una imbécil y ella a mí porque había tenido que usar peluca una larga temporada luego de yo habérselo cortado como venganza. En fin.

Fulmine con los ojos a mi primo mientras me tendía el casco de una moto robada.

—No debiste traerla.

Encogió un hombro engorándome por completo.

—Es mi novia...

—Muy novia tuya puede ser, pero por mí la hubieras dejado en Nueva York.

—... y mi mano derecha — lentamente giro su cabeza hasta mirarme por encima del hombro mientras yo tomaba asiento tras él. Me devolvió la fulminada— somos una familia Cailin, no puedo dejar mis manos lejos de mi porque si no sirvo, al igual que mis piernas — endurecí el gesto. Él tenía razón— y nunca se deja a tu mano derecha fuera del bote. Eso deberías saberlo mejor que nadie.

—Ya lo sé — apreté los labios para no reírme— de todas formas me gusta ser tu mano izquierda primito.

Su cuerpo vibro en una risa. Me puse el casco mientras se escuchaba el ruido de motores por toda la calle. Mire a mi derecha, Rexha al volante con Nel detrás me devolvieron la mirada y luego Billie y Jean. Mire a la izquierda y Dom también me miro esperando la orden haciendo rugir el motor, entonces asentí.

Un claro gesto que para otros podría ser una nimiedad, para nosotros era una cuenta hacia atrás.

Baje el lente protector del casco y a sujetándome muy bien del asiento, Axel también partió tras ellos.

Sedúceme como quieras #2 ©Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ