Capítulo 17.

489 32 32
                                    

"Yo había hecho todo, todo por ese amor. Me había deshecho, me había convertido en jirones. Había matado a inocentes, y me había humillado mientras el estaba sentado junto a Amarantha en ese trono. Y no hizo nada..., no se arriesgo..., nunca se había arriesgado a que lo atraparan excepto una noche, y lo único que quiso hacer no fue liberarme sino tener sexo conmigo y..."

Corte de Niebla y Furia.

Aclarando sentimientos.

Liam.

Si hablábamos de maravillosos regalos del mundo hacia los humanos seria esto, la sensación de dormirte por la noche en paz y levantarte al día siguiente con la misma paz que antes. Algo compartido, algo secreto. Era de verdad maravilloso despertarme con Ainhoa rodeándome el cuerpo completo con brazos y piernas, aferrada a mí como si le fuera la vida en ello.

Había despertado hace horas y desde entonces no me he movido en ningún momento, cuando quise levantarme para ir al baño ella se aferró aún más a mi casi inmovilizándome en la cama. Sonreí cuando frunció el ceño un momento después, descansando su cabeza en el hueco de mi cuello.

No roncaba, ni se movía demasiado. Si no que emitía unos ruiditos inexistentes de vez en cuando o suspiraba de repente, me di cuenta que no le gustaba dormir boca arriba, si no que le gustaba dormir haciéndose bolita en la cama con las tapas hasta el cuello. A ratos le daba frio o muchísima calor. Durante la noche por medidas de supervivencia me pegue a ella abrazándola desde atrás, era uno de esos momentos en los que le daba calor, y yo estaba con un frio que te cagas.

Fue difícil no contemplarla, no pensar en mi vida antes de conocerla. Lo aburrida y vacía que era antes de ella, buscando entre las piernas de cada chica un poquito de consuelo. Hace mucho que no sentía esa angustia de sentirme vacío y creo que era debido a ella. Y aunque no le hubiera pedido un poquito de cariño ella me lo había dado sin pedir nada a cambio, no pidió sexo, ni una cama calentita.

Era hermosa, inteligente y ni de lejos mi tipo. Pero eso no me impidió trazar con mi dedo cada poro, cada expresión, peca, lunar o vello de ella. Se veía tranquila casi como un ángel dormitando en mi hombro, pase el dedo por la raíz de su cabello hasta la oreja y me pregunte ¿Cómo podía dormir con todo ese metal incrustado ahí?

Todo mi cuerpo estaba encantado por ella, a ambos nos gustaba tenerla cerca, y cuando me refiero a ambos lo digo por mi pene. Ya me duele de lo dura que la tengo, y que la pierna de Ainhoa este sobre mi rodilla no ayudaba, ni que su mano parecía haber bajado desde la última vez que se había movido, ahora estaba en mi ombligo, y eso no ayudaba.

¿Cómo quería que no me gustara si ella no me ayudaba? ¿Cómo quería que no me enamorara si respiraba cerca de mí y me abrazaba de esta manera? ¿Cómo quería que no la deseara si no habíamos parado de provocarnos desde el cumpleaños de Logan?

Haberla besado anoche pudo haber sido de verdad increíble pero sabía de sobra que no estaba bien y que era un error. Me tenía atrapado y si no paraba ya, iba a salir muy mal de todo esto. Ella no me amaba a mí, y pensar eso me quitaba todo lo lindo de la noche anterior.

Casi como reprochándome ella abrió los ojos justo cuando pensaba en aquello. Pestañeo varias veces enfocándome antes de sonreír como una verdadera niña y meter la cabeza más en el hueco de mi cuello. Su respiración me puso los pelos de punta.

—Buenos días —gruño incorporándose en la cama. Por mi parte hice lo mismo con un dolor de espalda de puta madre por el tiempo que estuve rígido.

Abrí la boca para responder pero me quede casi embobado cuando me miro con sus preciosos ojos verdes pardo.

Pensé que al despertarse esta mañana se mostraría reacia a mí, espere que me ignorara pero no fue así. Se subió a mi regazo de repente descansando las manos en mis hombros.

Sedúceme como quieras #2 ©Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα