Capítulo 28.

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"Uno se acostumbra a estar perdido. Es algo así como vagar por el espacio y flotar en medio de la nada. Al principio aturde, buscas desesperadamente tocar tierra firme, encontrarte, pero supongo que en algún momento dejas de sentir vértigo y piensas que en realidad no se esta tan mal viviendo en un inmenso y oscuro vacío, porque puedes cerrar los ojos, puedes olvidar como era la sensación de estar anclado a algo, a alguien o al mundo."

Nosotros en la luna.

Afortunados.

Ainhoa.

Me despierto por la mañana dispuesta a un nuevo día de clases, he comenzado a adaptarme a la situación de ver a mi ex y a Kamila por los pasillos hasta el punto de ya saber cuál pasillo evitar.

Busco entre mi ropa algo cómodo y abrigador para este día tan frio, voy al baño del pasillo me lavo los dientes y me aseo el cuerpo.

Cuando vuelvo a la habitación busco la sudadera de Liam que se le quedo hace unos días y me la pongo, es realmente calentita y huele a él, abro el cajón donde tengo mis pastillas y la miro antes de sacar la siguiente.

Ya estoy lista para un nuevo día cuando pasa.

Soy imposible de dar un paso más hacia la puerta porque mis ojos se quedan fijos al calendario.

Miércoles diecinueve de noviembre. Esto no puede estar pasando, ¡Esto jodidamente no puede estar pasándome a mí!

Dejo caer el bolso con el corazón en un puño y mis oídos pitando, lo único que escucho es el bombardeo del corazón y mis suplicas a nadie en particular.

Abro el cajón y saco la caja de mis pastillas y miro el sobre. Jodida mierda...

Me acabo de tomar la pastilla del día lunes ¡Y estamos a martes!

Mis ojos comienzan a escocer, las lágrimas queman por mis mejillas mientras ojeo mi neceser. El paquete de tampones aun cerrado.

Quiero gritar ahora mismo por ser tan descuidada y rogar para no estar con un feto del tamaño de un poroto en la panza.

Inspiro y espiro, tengo que mantener la calma, puede que sea un posible error nada más. No puedo quedar embarazada dos semanas después de estar de novia con Liam.

—¡A quien carajos quiero engañar! Claro que puedo estar embarazada —grito sentándome en el suelo, abrazo mis rodillas.

Cuento con los dedos, pero es inútil. Es el mismo resultado. Debió llegarme el periodo el viernes pasado.

No puedo haber sido tan descuidada, no recuerdo haberme tomado la píldora cuando fuimos a la cabaña. Pero puede que solo sea un pequeño retraso, Liam y yo siempre usamos condón no hay forma de...

Mierda.

Con el único con el que he tenido relaciones sin condón es con mi ex novio. Esto no puede estar pasando.

Hago nuevamente la cuenta con los dedos y cuando termino la tercera recuenta escondo mi cara entre mis piernas.

No sé cuánto tiempo estuve absorta en mis pensamientos, tengo que hacer algo. Busco en mi bolso mi móvil y llamo a la única persona que puede ayudarme.

—Hey bby —saluda de otro lado.

—Tengo un problema —sobro por la nariz— ¿podrías comprar una prueba de embarazo y venir a mi habitación... por favor?

—Necesito el número de tu habitación —rápidamente se lo doy— voy enseguida.

Suspiro aliviada y cuelgo.

Sedúceme como quieras #2 ©Where stories live. Discover now