Capítulo 3.

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MADELEINE.

Iba muy ensimismada con mis pensamientos. Ben, las chicas, mi futuro, todo.

Caminaba por la iluminada calle, aun pensando que alguien me perseguía, pero de seguro era algún vecino.

Siento una voz que hablaba, y por eso intenté apurar mi paso.

¡Solo lo intenté!

Aquel apuesto joven que había tropezado. Se había metido en mi camino, e iba acompañado de otro joven, con un rostro que me parecía conocido.

-No creas que te iras así de fácil, niña...-habló aquel anónimo sujeto.

-Ya muévete...-le dije, pasando por su lado, e ignorando al otro.

¡Qué mala idea!

Aquel chico me hizo caer, y comenzó a reírse de mí. No iba a mostrarle mi debilidad, asique me levanté, hice como que nada había pasado, y traté de continuar.

-Niña, no juegues con fuego...-me advirtió aquel.

-Niño, muévete de mi camino, ve a molestar a alguien a quien le intereses...-respondí.

¡UUUUUHHHH! Se escuchó.

El chico se me acercó, retrocedí por inercia.

Cuando menos lo pensé, este me agarró de las manos, y me besó. Un beso rápido, ya que sin pensarlo, me alejé de él, y lo golpeé.

¿Quién se creía que era?

Ese chico me parecía un completo idiota, y un atrevido, cómo se atrevía a besarme así. No lo conocía y ya lo odiaba.

El chico comenzó a reír, mientras yo solo me alejaba. Idiota

-Por cierto, me llamo Erick...-gritó.

Yo solo lo ignoré, y caminé hasta mi casa. Sin poder sacarme aquel extraño beso de la cabeza.

*****---*****

Desperté gracias a los cantos de mamá y de las chicas. 7 a.m. y ellas ya me estaban cantando el feliz cumpleaños, mientras me llevaban el desayuno a la cama.

Una enorme taza de café, tostadas, manteca y muchas cosas más adornaban la linda bandeja de mi regalo. Abracé fuerte a mamá y le agradecí, ella se marchó y me dejó a solas con mis amigas. Les conté lo que había sucedido el día anterior luego de que ellas se fueron. Ambas se sorprendieron, pero no le dieron bolilla, como yo.

Jueves 1 de febrero, festejaba mi cumpleaños número 22, junto a mis amigas. Luego de llevarme el desayuno, me obligaron a levantarme para bañarme. Lo hice y me puse un short jean, y una larga remera negra, y descalza. Mamá trabajaba a la mañana, pero volvería para almorzar con nosotras. Llamamos a Ben para ver qué hacía, y lo invitamos a salir a dar un paseo. Llegamos a la casa de su abuela, y luego de golpear, nos atendió una hermosa chica, quien solo nos dejó ahí esperando.

Ben no sabía que era mi cumpleaños, pero en cuanto se enteró, se metió a una tienda, y en un momento en que quedamos solos, depositó una pequeña cajita en mi mano, y me besó levemente en la mejilla. Cuando abrí la dorada caja, una hermosa cadenita se encontraba en ella, con un pequeño dije, era una "M", era el mejor regalo, sin dudas, apenas me conocía y ya tenía un gesto muy bello. Ese chico era muy tierno.

Las chicas me obligaron a entrar a una tienda de ropas, para ver que buscábamos para la fiesta de ésta noche. Obvio, no era por mi cumpleaños, pero igual iríamos, Ben ya nos invitado. Maia encontró para ella un conjunto naranja, que le quedaba hermoso, Tania se buscó un vestido rosa al cuerpo, que le quedaba más que bien, eso estaba de más decirlo, y yo, nada me gustaba, hasta que lo vi, un mono negro, con la espalda descubierta.

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