Capítulo 24

30 3 0
                                    


Habían pasado ya varios días. Seguía sin saber nada de Erick, por lo menos no de su boca. Joh ya había vuelto, pero si su amigo. Lo único que me dijo fue que Erick estaba pasando un mal momento y que en este momento solo quería estar solo, que respetara su decisión.

Era su novia, maldita sea. Ahora me daba cuenta de que él no confiaba en mí, decidía huir y ahogarse solo en sus problemas. Me sentía inútil, pero respetaría su decisión.

Tampoco hablaba con mamá. Parecía que todo el mundo se había puesto en mi contra.

Seguíamos con la investigación sobre si mis padres eran o no mis padres. Ya tenía los cabellos de mamá, pero tendríamos que irnos a otro lugar a realizar los exámenes, ya que mi madre trabaja aquí y es un lugar muy pequeño, fácilmente todos se enterarían.

Tania seguía con la búsqueda, después de todo era la que más entendía la tecnología, junto a Haily. En cuanto a Maia, ella me apoyaba en lo que yo quisiera hacer, como cuando nos metimos en el registro civil a buscar papeles, algo que nos sirviera, porque tal vez mis padres estaban casados y eso podría darme alguna pista, pero el esfuerzo fue en vano.

Seguía sin tener novedades de Erick. Mi madre insistía mucho con mi padre, más que de costumbre. No quería hablar con ella y menos de ese tema. Hablé con Brooke para ver si me podía quedar en su casa, cosa que ella aceptó gustosa.

Íbamos al trabajo juntas y volvíamos juntas. Con ella podía conversar de lo que sea y me escuchaba sin juzgarme. Le conté sobre mis padres y quedó igual o más sorprendida que yo, lo único que me pidió fue que tuviera cuidado.

El trabajo seguía igual, aunque hacia un par de días que no veía a Hugo, y eso era muy raro, ya que él era la persona más responsable del mundo. Los clientes seguían igual, yéndose con algunas mujeres, mientras que otros solo se limitaban a observarlas bailar. Yo seguía en la barra, preparando todo tipo de trago, era muy raro que me acercara a alguna mesa.

Había pasado ya una semana y seguía sin saber nada de mi novio, aunque John me aseguraba que estaba todo bien.

Esa noche, sábado, Kath nos había invitado a su casa a cenar. No tenía muchos ánimos de ir, pero mis amigas me convencieron. Tania me pasó a buscar y fuimos juntas. Katherine se veía mucho más, eh, embarazada que la última vez. Su panza estaba enorme pero ella se veía esplendida. Bastián se veía tan enamorado y era tan lindo verlos asi, tan lindo que me daban ganas de llorar.

Ben también estuvo presente, y por alguna razón, no me sentía incomoda, todo lo contrario, disfrutaba mucho de conversar con él. Maia y John habían cocinado y la cena les había salido gloriosa. Después John sacó algunas cervezas de la heladera y nos dio a cada uno, exceptuando a su hermana.

-Lo siento hermana, pero necesitamos que mi sobrino nazca bien-se disculpó con Kath.

-Está bien. Si llego a ingerir una gota de alcohol corro el riesgo de que mi hijo nazca igual que vos-replicó ella y todos reímos, incluso John, que fingía haberse ofendido.

Una cerveza, dos, tres, cuatro... ya no había más cerveza, creo que eso era vino. Una copa, dos tres.

-Creo que me puedo hacer cargo de ella-dijo Ben, que no sabía dónde se encontraba. Creo que bebí un poco de más, o solo tal vez estaba divertida.

Ben me ayudó a subir a su auto, y en cuanto me subí, cerré los ojos y quedé profundamente dormida.

-Mad, Mad, Madeleine...-escuché que me llamaba.

-Hmm, ¿Que sucede?

-Hemos llegado a tu casa. Ven, te ayudo a bajar.

-Y a subir también-dije riéndome.

Luces de FebreroWhere stories live. Discover now