Capítulo 30

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MADELEINE

No sé cuánto tiempo había pasado, no sabía dónde estaba, ni que es lo que pasaba en el mundo exterior, ya que desde donde estoy, mejor dicho, donde me tienen, no se ve ningún tipo de luz; no sé si es de dia o de noche, y tampoco sé si mi hermana está aquí conmigo o no.

Lo último que recuerdo, es haber sido drogada, y luego me desperté brevemente, cuando nos estaban metiendo en este lugar. Me ataron de pies y manos, y me amordazaron. Mi panza dolía, y seguro se trataba de hambre, pues lo único que había ingerido, eran un par de tragos de agua, que se habían dignado a darme.

No sabía si debía mantenerme despierta o dormida, pero la verdad es que mi hermana me preocupaba mucho. Por ahora lo único que sabía era que mi padre nos había mandado a secuestrar, y que Hugo era un mentiroso. Todo este tiempo estuvo engañándome, y yo como tonta pensando que él era mi amigo.

-Miren, la princesita despertó.

-¿Dónde está Haily?-pregunté, me dolía el pecho y la garganta al intentar hablar.

-Ah, la otra niña. Está recibiendo su merecido, por comportarse como no debía.

-¿Qué?

-Ya dejen de hablar. No tengo ánimos de oírlos. Tu hermana recibió su merecido, hija mía.

-Paul...

-Paul, Paul, Paul. Era solo eso lo que tu madre también me decía. Esa maldita. Me alejó de ella, y de mis hijas. Me alejó de ti Mad.

-¿Qué quieres de nosotras?

-Te quiero a ti Madeleine. Josefina es una idiota, y tu hermana puede vivir. Pero eso dependerá de ti.

-No entiendo.

-La cosa es asi Madeleine. Te quiero para mí, harás todo lo que te pida y asi, solo asi, tu hermana vivirá.

-No entiendo, Paul.

-¡Paul, Paul, Paul! ¡¿

-¿No puedes llamarme papá? ¡Maldita seas, Madeleine!

Y he ahí, el primer golpe que recibí. Mi padre, ese hombre horrendo, que al parecer nos odiaba, y no sé qué quería ahora de nosotras, me golpeó. Mi boca sangraba, y me dolía todo la mejilla.

-Traigan a la otra, y mantengan bien vigilada a esta. Si intenta algo, golpéenla, pero no las dejen ni por un segundo.

-Paul...

-¿Entendido?

-Paul...

-¿Entendido? Maldita sea. Di una orden, y espero que cumplas Hugo.

Paul se fue, y minutos después trajeron a Haily. La cara me dolía, me quemaba por las lágrimas, cuando vi a mi hermana. Ella tenía toda su cara roja, cubierta de sangre. Su cuerpo se veía golpeado también, pero lo que más me sorprendió fue la ropa que tenía puesta, sin dudas no era la misma que usaba cuando nos secuestraron.

Pensé lo peor, intenté acercarme a ella, pero un tipo me agarró del pelo, impidiendo que me acerque.

-¿Qué le hicieron?-pregunté llorando.

-Niña, si están pasando por esto es culpa de tu madre. Ella alejó a Paul de sus hijas, y eso lo enloqueció.

-Ella, su ropa, él...

-No abusó de ella, si es lo que te asusta, pero no dudará en hacerle más daño si no lo obedeces.

-Hugo-mi cara ya era un mar de lágrimas. Haily no se movía, pero podía sentir aun su respiración calmada.

Luces de FebreroWhere stories live. Discover now