Capítulo 16

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Mi estúpido humano me prohibió ir con aquel otro humano raro, e incluso cuando se fue a trabajar me dejó encerrado. ¿Cuál era su problema? 

Claro que eso no me detuvo, y en cuanto él se fue, bajé por la ventana hasta el departamento de abajo.

—Oye... —golpeé el cristal sosteniéndome de la delgada línea de ladrillos rojos que sobresalía.

El humano, que según recordaba se llamaba Namjoon, se sorprendió al verme allí pero aún así corrió el cristal y me dejó pasar.

—Debemos dejar de vernos a través de las ventanas. —se burló.

—Vine por el dinero, quiero decir, por el trabajo. 

Él me observó en silencio, recorriendo mi cuerpo humano hasta las orejas y la cola que ondeaba libremente. —¿Podrías quitarte esa ropa?

«¡Cada vez me gusta más este trabajo!»

En menos tiempo del que pensé ya estaba de nuevo sin la incómoda ropa que Jungkook me obligaba a usar.

—Perfecto, ahora ven acá. —Namjoon sonrió satisfecho. 

Seguí al humano hasta otra habitación del departamento que era casi una copia perfecta del nuestro excepto por el decorado; ese humano usaba más los colores oscuros y me agradaba el negro que dominaba en sus habitaciones.

—Bienvenido a mi área de trabajo. —dijo él feliz alzando los brazos para apuntar alrededor.

Era una habitación con una cama grande y muchos papeles esparcidos alrededor. Había... ¿dibujos? Me quedé observando un enorme recuadro. Era el dibujo de un par de humanos, ellos estaban muy cerca el uno del otro.

—¿Te gusta? —me preguntó— Gracias a este logré ganar un premio como artista revelación hace cuatro años. —dijo orgulloso.

—¿Qué están haciendo?

—Teniendo sexo, obviamente.

—Mhmn... —asentí, mis ojos seguían recorriendo el dibujo— Pero, ¿que no es ese el sitio por donde hacemos nuestras necesidades?

Así llamaba Jungkook a la hora de usar la caja de arena.

El humano Namjoon soltó una carcajada. —Así que no estás familiarizado con el sexo anal… —musitó y luego sonrió en grande— ¿Quieres que te muestre?

—No lo sé, yo solo quiero dinero, además, ¿para qué sirve eso?

—Oh amigo, eso es todo un mundo nuevo, y se siente muy bien.

«¿Se siente bien? ¿Como cuando Jungkook me rasca detrás de las orejas?»

—Ven, déjame enseñarte. —Namjoon extendió la mano hacia mí. 

«Bueno, ¿por qué no?»

La tomé y me dejé arrastrar por aquel humano. 



•     •     •



Jungkook:


—¡TaeTae~! —llamé empujando la puerta y la cerré de un puntapié al pasar. 

Todo estaba en silencio, era raro, usualmente TaeTae estaba ya esperándome frente a la puerta listo para decirme "tengo hambre" apenas llegaba.

Quizás estaba dormido.

Aún no podía creer que mi gato fuera un humano, y no cualquier humano, sino uno tan... tan... ¿Cómo decirlo? Es que simplemente era mi tipo, desde el escultural cuerpo de Dios griego hasta la personalidad egocéntrica y vanidosa que podía llegar a tener. Esa independencia de querer hacer todo por sí solo a pesar de fallar la mayor parte del tiempo. Era como si lo hubieran diseñado especialmente para mí. Ni siquiera mandado a hacer habría salido tan perfecto. Es decir, en una ocasión había fantaseado con el hombre de mis sueños, y lo había imaginado justo como él. Ya empezaba a asustarme lo que fuera a ocurrir si el minino continuaba siendo humano por mucho más tiempo.

Había ido a investigar, pero hasta la fecha no encontraba nada relacionado con híbridos de gato. Claro que existían casos de personas que se "creían" felinos y otros que "querían" ser felinos, pero ningún registro de gato convirtiéndose en humano.

Yo no era tan fuerte como para resistirme mucho más tiempo y mi abstinencia al sexo me tenía más bien con los nervios de punta. Me dormía con una erección, despertaba con una erección... ¡Las malditas erecciones ya eran una constante en mi vida! 

De pronto Yugyeom había pasado a ser algo insignificante, ¡y es que ahora todo mundo me parecía insignificante comparado a mi gato! ¡Mi gato! ¡¿Qué tan enfermo suena eso?!

Quién sabe, quizás un día de estos despertaría en una cama de hospital sin piernas descubriendo que mis ganas de no morir soltero me habían provocado alucinaciones durante el coma y todo había sido una ilusión. 

Permanecí unos pocos segundos tumbado en el sofá hasta que el silencio se convirtió en una verdadera rareza. Con TaeTae en casa esos días nada era silencio.

—¿TaeTae?

Nada.

Otros pocos segundos procesando hasta que un mal presentimiento me asaltó.

El vecino raro. 

—¡¡TaeTae!!










BLACK CAT. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora