Capítulo 4

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Últimamente en casa todo giraba en torno al humano Yugyeom que yo ni siquiera conocía.

—Yugyeom dijo que mi voz es muy aterciopelada. —suspiró Jungkook mientras me tomaba la vigésimo tercera fotografía con su celular. 

Parpadeé perezosamente. «Yo también te he dicho que tienes voz aterciopelada, la diferencia es que a mí no me entiendes».

—Creo que le gusto de verdad. —me tomó otra foto pegando mucho el celular a mi cara.

«También me gustas, a pesar de ser tan torpe».

—¿Crees que me invite a salir? —sacó otra fotografía, y estoy seguro que en esa última salí con los ojos cerrados porque parpadeé.

Empezaba a creer que tanto Yugyeom como el celular debían desaparecer (morir) de manera sútil. 

De pronto el aparato empezó a sonar en sus manos, Jungkook gritó, yo brinqué, y el celular cayó al suelo estruendosamente.

—¡Es él, es Yugyeom! —gritaba el tonto de mi humano mientras veía el aparato con miedo.

«Contesta de una vez».

—Okay, aquí voy —respondió como si me hubiera leído el pensamiento—. Deséame suerte.

Ondee la cola como si le respondiera y lo vi atender la llamada. Bostecé un poco y me estiré antes de caminar hasta mi almohadón en forma de conejo con cara de roedor al que mi humano llamaba "Pikachu" y que tanto me gustaba para tirarme de panza. 

Jungkook pasó tanto tiempo hablando por teléfono que al final me dolía la cabeza de tanto escuchar su voz. Podría ser una voz muy aterciopelada pero escucharla más de dos horas y media seguidas ya era tortura. ¡Ni siquiera dejaba hablar al otro humano! 

Me puse en pie y observé la ventana abierta; saldría a dar un paseo mientras él seguía hablando. Brinqué y llegué hasta el marco de la ventana. Vivíamos en un segundo piso en un edificio de departamentos, pero si caminaba a la orilla podía bajar fácilmente. Ser gato doméstico había hecho oxidar un poco mis habilidades gatunas pero de vez en cuando me escapaba en caminatas largas e iba a pelear con uno que otro cuervo en el basurero detrás de casa.

Estaba preparándome para bajar por mi pasadizo secreto, Jungkook aún hablaba por teléfono y era un buen día para...

—¡¡Hola gatito!!

Una voz demasiado cerca de mí me hizo pegar un brinco de susto apartándome rápidamente y de manera impulsiva. De pronto caí abruptamente entre las ramas de un árbol cercano, escuchando cómo Jungkook me llamaba asustado desde nuestra ventana. 

No fue nada grave, caí al suelo sin mayor problema, tan solo con un par de hojas atoradas y el susto de mi vida, pero estaba bien. Aun así permanecí quieto, intentando recuperarme, cuando de pronto Jungkook y alguien más llegaron corriendo hacia mí.

—¡No puede ser! ¡No puede ser! —exclamaba el otro— ¡Lo maté!

«¿Qué?»

—¡TaeTae! ¡¿Dónde estás?! —Jungkook me llamaba asustado.

«Quizás todo esto me convenga para ganarme un buen premio».

Me recosté sobre el suelo, debajo del árbol, y empecé a maullar lastimeramente. Los ojos de Jungkook me encontraron.

—¡Está herido! —gritó el humano que lo acompañaba.

—¡Dios mío!

—¡Rápido, hay que llamar a emergencias! —el otro humano le arrebató el celular que Jungkook aún llevaba en la mano, colgando la llamada con el tal Yugyeom y marcando un nuevo número.

—¡Resiste, TaeTae, resiste! —Jungkook se arrodilló junto a mí mientras yo me tiraba de costado fingiendo dolor. 

—Sí, ¿hola? ¡Hola! —el otro humano que llevaba un enorme pantalón tres tallas más grande y una extraña camisa con estampados florales gritaba como loco a la bocina— ¡Rápido, es una emergencia! ¡Asusté al gato de mi vecino y cayó desde el segundo piso! ¡Está herido y sufriendo!

Jungkook me acariciaba mientras repetía que todo estaría bien. Si pudiera haberme burlado en ese momento lo hubiera hecho.

—Por favor, dense prisa, creo que... ¿Hola? ¿Señorita? ¿Me escucha? ¡Responda!

Alcé la cabeza un poco hacia ellos; el humano desconocido separó el celular de su rostro y lo observó en silencio un momento antes de girarse hacia Jungkook.

—Me ha colgado...

—Creo que creyó que era una broma —mi humano habló con miedo en la voz—. Espera, llamaré al veterinario de TaeTae.

El humano histérico le pasó el celular a Jungkook.

—Tranquilo pequeño, estarás bien —lloriqueó ahora tirándose a mi lado con los ojos muy cristalinos mientras mi humano hablaba con el veterinario—. ¡Todo esto es mi culpa! ¡Soy un monstruo!

«Espero que me des salmón como disculpa, humano idiota, porque las palabras se las lleva el viento pero el salmón cae directo a mi barriga».











BLACK CAT. ➸taekookWhere stories live. Discover now