Capítulo 54

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—¡Qué barbaridad!

Jungkook permanecía con la cabeza agachada y una expresión frágil en su rostro. La mujer humana que parecía una pasita bien arrugadita daba vueltas en su silla de ruedas con motor integrado por todo el departamento analizando los daños.

—¡Cuando la policía me llamó esperaba este desastre de cualquier otra persona menos de ti, Jeon Jungkook!

Mi humano se encogió cuando la mujer en ruedas lo apuntó, moviendo la palanca de su silla para acercarse a él.

—¡Yo siempre te lo dije, abuelita! —acusó la humana que había conocido en el capítulo 21.

¿O era el 22? Bueno, no importa, con que sepan que fue la que vio mi verga en aquel entonces.

—¿Tienes algo que decir a tu favor, muchacho? —la mujer pasita le dio una mirada de esas que Jungkook me daba a mí cuando estaba molesto.

—No tengo excusa, señora Choi. —negó mi humano con tristeza.

Un suspiro y la mujer pasita dio en reversa.

«Esa cosa se ve divertida».

—Me temo que tendré que pedirte que desalojes el departamento. —dijo ella con pena.

«Espera, ¿qué?»

Muy bien, muy bien. Yo podré haber sido de la calle, nací en ella, crecí en ella, viví en ella, pero que mi humano se quedara sin techo no era una opción. Jungkook no estaba hecho para ser de la calle y esa humana iba a saber lo que era sentir un zarpazo en la cara de pasita si se atrevía a sacar a Jungkook del departamento.

—Espere... —intervino Changkyun con una mueca de incomodidad— En realidad fue nuestra culpa. Nosotros hicimos esa fiesta pero se salió de control.

La mujer pasita enarcó una ceja.

—¡Ustedes ni siquiera deberían estar aquí! —exclamó esa humana llamada Yena.

Me pregunto si nunca tiene hambre porque siempre está "llena". Jajajajajajajajajaja, ¡¿entienden?! Jajajajajajajajajakakakakkakaka.

—No sea así —Changkyun se acercó a la mujer y se arrodilló a su lado, tomó la mano de la pasita y le besó el anillo que brillaba casi tanto como mis ojos pizpiretos—. ¿No quiere ser mi sugar mommy?

Ella retiró su mano con el mismo gesto que yo le doy a los perros pulgosos.

—Jungkook —habló la mujer con calma, pero sus ojos se detuvieron en mis orejas y cola por apenas un momento, luego en el golpe inflamado de mi frente que parecía cuerno de unicornio, y continuó—. Bien... No seré tan dura contigo porque en realidad es la primera vez que haces algo como esto. —apuntó hacia el desastre.

La mujer pasita movió su silla, su nieta la que nunca tiene hambre abrió la boca para protestar pero fue silenciada por un chasquido de dedos por parte de la mujer.

—Tendrás que pagar los arreglos, sin embargo. —advirtió.

—¡Por supuesto! —Jungkook movió su cabecita con fuerza.

—Y para perdonarte, alguien de ustedes tendrá que masajear mis pies —aprovechó la pasita—. De ser posible me gustaría que fuera el guapo hombre gato. —me señaló.

—¡Pero abuelita, él es un pervertido! —intervino Yena.

Me pregunto si empezará a cantarle a Scar, el del Rey León, en cualquier momento y terminará riendo. ¡¿Entienden?! Porque es una "hiena". Jajajajaakjajajaja, ¡soy un genio, me amo!

—Puedo hacerlo. —asentí. ¿Qué tan difícil podría ser?

—Perfecto —la mujer pasita parecía satisfecha—. ¿Y qué pasa con esa moda de usar orejas y cola de animal? Hace apenas dos días vi a un chico perro, ahora un gato, ¿qué sigue?

«¡¿Acaso dijo perro?! ¡¡¡¿Perro?!!!»

Sentí una punzada de desagrado recorriendo mi cuerpo humano de solo escuchar mencionar a un pulgoso, y lo peor, ¡siendo humano!

Jungkook parecía sorprendido. Lo vi sacar su celular muy disimuladamente, para mandarle un mensaje al veterinario seguramente. Apenas una hora antes Yoongi había desaparecido y me había recomendado descansar; en ese momento parecía muy molesto y mencionó algo de ir a hablar con Hoseok.

Yo no entendía a los humanos y sus dramas así que prefería ignorarlos, excepto a Jungkook, con él sí aguantaría hasta una telenovela con todo y su música de suspenso (diiin, diiin, diiiiiiiiin). Pero en fin, ahora lo único que me importaba era que había un pulgoso suelto por allí caminando en dos patas e impresionando señoras viejitas en silla de ruedas, y eso era inaceptable.

—Te espero en dos horas en mi casa —me avisó la mujer pasita—. Lleva aceite de coco.

—No tengo eso pero puedo llevar el lubricante de cereza que uso para dilatar a Jungkook si quiere.

Mi humano casi explota, literalmente.

—¡TaeTae! —gritó.

—¡Te dije que era un pervertido, abuelita!

—¡Ay, ya! —exclamé, esa humana me caía mal— ¡Regresa a tu película con Scar, hiena!

Changkyun soltó una carcajada y alzó la mano para chocar los cinco. Jungkook negó con la cabeza, parecía desepcionado, e imaginé que no me dejaría darle duro en un tiempo.

«Raioz».









BLACK CAT. ➸taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora