Capítulo 68

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—Me alegra ver que no estiraste la pata todavía, NingNing. —dije a modo de saludo una vez que entré al lugar donde se encontraba la chica conejo.

Ella estaba hecha bolita dentro de una cajita que parecía de cristal conectada a algunos tubos y sus orejitas peludas se pegaban a su cuerpo por completo.

Minhyuk pasó al interior muy pegado a mí, olfateando en el aire de un lado a otro y rompiendo en llanto apenas vio a la chica conejo.

—¡Me asusté mucho, Tilín! —exclamó.

—No se acerquen tanto. —pidió Hoseok alzando las manos para detener a Minhyuk cuando lo vio correr intentando abrazar la caja donde se encontraba NingNing.

Wonho llegó sujetando la correa del pulgoso y dando rápidas reverencias como disculpa.

—¿Cómo está? —preguntó Jungkook, agachándose un poco a la altura de la cajita pero sin acercarse.

—Yoongi dice que está en una especie de etapa de duelo... —Hoseok leía una de sus notas en la pequeña libreta que llevaba en sus manos— Al parecer perdió a su dueña. ¿Es eso correcto?

—¡Ella puede oírlo! —vociferó Minhyuk llevándose un dedo a los labios.

Hoseok se encogió un poco y revisó a la conejita, pero ella no se había movido en lo absoluto.

—No entiendo muy bien el diagnóstico, pero, en lo que concierne a salud está estable por el momento, aunque no quiere comer nada. Supongo que está… ¿Deprimida?

—¿Solo eso? —cuestioné— ¡Vamos, NingNing, anímate!

Esa fue mi cooperación.

—Bueno, también está el asunto de sus huesos —dijo Hoseok con un suspiro—. Yoongi mencionó algo sobre que se "transformó muy rápido", y creo que algunos de sus huesos se fracturaron un poco pero no llegaron a romperse.

—Tiene sentido —intervino Wonho—. Tardó solo segundos en volver a la forma de un animal muy pequeño, los huesos debieron sufrir mientras se encogían tan rápidamente.

Jungkook le dio la razón con un movimiento de cabeza y observó a NingNing en su pequeña caja de cristal.

—¿Seokjin ha venido? —preguntó.

Hoseok asintió. —Estuvo aquí, parecía muy angustiado.

Nos quedamos un momento alrededor de NingNing, hablándole, haciéndola sentir querida, o al menos eso dijo Jungkook. Al parecer el cariño era importante para que se recuperara pronto. Pero cuando salimos de allí yo ya tenía claro una cosa.

—No volverá a transformarse —dije con tranquilidad—. Creo que lo que sentí que había muerto ayer fue más bien su parte humana. Quizás esa cosa pesada que sentí que se perdió fue su lado humano.

Jungkook se mordió el labio inferior con fuerza y buscó a tientas mi mano hasta que pudo entrelazarla con la suya.

«Mi humano es tan bonito... Y me queda tan poco tiempo con él».

En menos de dos días Jungkook estaría conociendo a alguien nuevo que yo esperaba fuera el humano indicado para él. Mientras tanto, yo volvería a ser el mismo gato negro de ojos color miel sin un pedazo en la oreja. Mi idea era irme lejos de Jungkook, seguir con mi vida como gato vagabundo, porque sin importar lo que dijera sabía que iba a sufrir al ver a mi humano con otra persona. Era mejor irme.

Mis pasos se detuvieron cuando sentí una sensación desagradable en mi estómago. Algo andaba mal... De nuevo.

—¿Qué pasa? —Jungkook preguntó, sus ojos lucían inquietos.

Negué con la cabeza. —No es nada. –respondí y seguí avanzando.

—No me siento bien —se quejó Minhyuk abrazando a su dueño—. Vamos a casita, amo.

Wonho lo sostuvo con cuidado y asintió.

—Lo siento, Jungkook, no podré esperar a Yoongi.

—Está bien, quizás otro día cuando todos podamos reunirnos de nuevo. —mi humano sonrió cálidamente.

Mientras los humanos se despedían me acerqué a Minhyuk, tomándolo para alejarlo un poco de ellos.

—No te encapriches demasiado a tu forma humana. —le dije.

—No podré quedarme con él para siempre, ¿verdad? ¿Nos pasará lo mismo que a NingNing?

—No lo sé, pero si puedes mantenerte en tu forma animal, entonces hazlo, intenta dejar de convertirte en humano lo más que puedas, así será más sencillo.

—No quiero dejarlo. —murmuró, sus ojos llenándose de lágrimas.

—No lo harás, estarás con él... pero no de la forma en que ambos quisieran —me mordí el interior de la mejilla—. No siempre se puede tener lo que deseamos.

—Qué injusto —Minhyuk sonrió pero su rostro mostrando tristeza—. Lo quiero mucho.

Sonreí de igual manera.

Claro que era injusto, desde nuestro punto de vista, pero probablemente era lo mejor. Nosotros no podríamos vivir una vida humana normal teniendo esas orejas, cola y comportamiento animal, y nuestros humanos no podían aferrarse a nosotros de esa manera, debían seguir con sus vidas y ser felices. Quizás la maldición de la mascota perfecta tuviera un propósito de enseñanza tanto para humanos como para nosotros. Aún no descubría cuál era pero esperaba que valiera la pena. 

Minhyuk se marchó junto a su humano emanando esa aura pesada que ya se me estaba haciendo costumbre sentir.

Ahora solo me hacía falta hablarlo con el chico hamster; él y Minhyuk apenas empezaban a entrar en esa extraña etapa en la que podrían acostumbrarse a ser humanos, por eso era mejor advertirles desde ahora. Debían saber que no podían ser humanos toda la vida, que no tenían un futuro feliz junto a sus dueños.

—Vamos a casa, TaeTae. —dijo Jungkook con cansancio.

Ellos debían ser advertidos, para que no fueran tontos y no desarrollaran sentimientos por sus humanos como yo lo había hecho.

—¿Podemos hacerlo hoy? —pregunté mientras avanzábamos.

«Que sea nuestra despedida».

—De acuerdo... —él respondió luego de un largo momento en silencio.

Supuse que también lo sospechaba.

«No te aferres, no te aferres, no te aferres... Él no es tuyo». 







BLACK CAT. ➸taekookWhere stories live. Discover now