BLACK CAT. ➸taekook

Capítulo 39

—¿Así, Nam? —preguntó Jimin con un poco de incomodidad y las mejillas muy sonrojadas.

—Abre un poco más las piernas, inclínate al frente y mantente así. —Namjoon fingía dibujar la anatomía del chico con el culo alzado al aire pero en realidad solo quería verlo en esa posición en cuatro. 

—¿Así? —preguntó ingenuamente el más bajito.

—Tal vez sería mejor si te quitas un poco la ropa. —respondió Namjoon intentando ocultar los perversos planes que tenía desde un principio detrás de aquella sonrisa amable. 

Jimin se incorporó en la cama de un salto, la enorme camisa que llevaba cayó hasta cubrir su proporcionado trasero para decepción de Namjoon.

—¿Pasa algo malo? —Namjoon dejó sus materiales de trabajo a un lado para acercarse al chico, quien esperaba en la cama mordiendo su pulgar con nerviosismo e insistencia— Está bien si no quieres.

—Es solo que… mi cuerpo no es bonito. —dijo con voz muy bajita.

La expresión de Namjoon se endureció. Acunando el rostro de Jimin entre sus manos lo alzó hasta que sus ojos lo observaran únicamente a él. —Eres hermoso, jamás digas lo contrario. Love yourself.

Jimin sonrió haciendo desaparecer sus ojitos. 

¿Cómo decirle que tenía el cuerpo más hermoso que hubiera visto, tanto que lo ponía duro casi seis veces al día sin que lo tachara de jodido pervertido?

—Gracias, Nam.

Jimin se retiró lejos de Namjoon cuando su celular empezó a recibir tonos de notificaciones, y su sonrisa se intensificó al ver de quién se trataba.

—¡Es Yoongi! —exclamó emocionado.

—¿Quién?

—Min Yoongi, el veterinario. —respondió Jimin sin dejar de sonreír, respondiendo el mensaje que le había enviado.

«El jodido veterinario», pensó Namjoon.

—Más le vale a TaeTae respetar nuestro trato. —masculló entre dientes. 

—¿Dijiste algo, Nam?

—No, nada. —Namjoon sonrió mostrando sus hoyuelos, la sonrisa más falsa que le hubiera enseñado jamás a alguien, hasta se sintió sucio. 

Jimin le correspondió la sonrisa antes de dar un brinco para empezar a vestirse. —Debo irme, Yoongi me recogerá para ir a la biblioteca de Busan.

—¡¿Viajarán hasta Busan?! —Namjoon se atragantó.

—Solo son cuatro horas en tren bala —le restó importancia al asunto—, además ya se lo prometí. Adiós.

Jimin dió un paso al frente, poniéndose de puntitas para alcanzar a depositar un pequeño besito en la mejilla del más alto, pero terminó tropezando y acabó por dejar el beso en el cuello de Namjoon. 

Jimin se alejó con las mejillas muy rojas pidiendo disculpas con rápidas inclinaciones antes de salir corriendo del lugar.

—Tan hermoso. —suspiró Namjoon.

•     •     •

Jungkook frunció el ceño entre sueños al sentir algo húmedo recorriendo sus labios. Al abrir los ojos se encontró con la abertura rojiza y mojada del glande de TaeTae dándole los buenos días.

—¿Pero qué mierggggffhhnmmmm?

TaeTae suspiró aliviado una vez que pudo meter todo su miembro al interior de la cálida boca de Jungkook. Había necesitado aquello desde esa vez que visitaron el motel y Jungkook terminó con una severa lesión en la espalda luego de seis horas de rondas intensas; para mala suerte, TaeTae había tenido que abstenerse de tocar a su humano durante casi una semana. 

—No muerdas o te castigaré. —advirtió empleando las palabras que Namjoon le había recomendado. 

Jungkook lo observó con mirada lagrimosa y entrecejo fruncido por pocos segundos antes de ahuecar las mejillas y succionar sacando un gemido ronco de TaeTae quien permanecía con las rodillas a cada lado de su cabeza casi sentado sobre su pecho. 

El híbrido ronroneó y se alejó un poco para luego volver a enterrarse dentro de aquella boca provocando un obsceno ruidito; él soltó una carcajada, Jungkook le mostró el dedo medio.

El hombre felino aún no comprendía exactamente por qué debía sentirse ofendido solo por un dedo, pero al parecer los humanos lo tomaban como una verdadera grosería.

TaeTae se retiró de nuevo hasta que solo la cabeza de su miembro permanecía dentro, y se tomó unos segundos antes de mover sus caderas al frente en un embiste certero. Sintió hasta la campanilla de su humano y tensó la mandíbula. Jungkook gimió provocando una agradable sensación que se extendió por la médula espinal del híbrido quien repitió el movimiento y continuó hasta que parar resultaba algo imposible.

Jungkook se sujetó de él enterrando las uñas en sus glúteos, impulsándolo un poco más allá del límite hasta que se provocó a sí mismo arcadas.

—Humano estúpido, no muerdas más de lo que puedes tragar. —se burló TaeTae. 

Jungkook enterró más las uñas hasta arañar la piel de TaeTae, quien sonrió con sorna y siguió moviendo las caderas recordando que Namjoon le había advertido de ir lento para evitar asfixiar a su humano. Aunque en ese momento parecía que era el mismo Jungkook quien buscaba su muerte pues tiraba de TaeTae con más fuerza haciéndolo ir profundo.

Siguió con el mismo ritmo hasta que notó que Jungkook gemía más constante. Escuchó un chapoteo y al lanzar una mirada por encima del hombro notó que la mano de Jungkook trabajaba sobre su propia erección con algo parecido a la necesidad bordeando la desesperación. 

—¿Te gusta? —le preguntó. 

Jungkook lo observó con ojos empañados, la forma en la que sus labios tomaban el enorme pene era algo digno de admirarse.

—¿Lo quieres dentro? —volvió a preguntar.

Jungkook intentó hablar pero no podía por razones obvias, así que TaeTae se retiró hasta que solo un hilo de saliva espesa unía su miembro a los labios del chico.

—Cállate y fóllame. —contestó Jungkook con voz ronca y temblorosa por la excitación.

TaeTae sonrió. Se retiró para sacar los shorts cortos que llevaba Jungkook y alzó sus piernas al aire casi saboreando la estreches cuando de pronto la puerta de la habitación se abrió. 

—¡Asumare! —un chico desconocido apareció observando la manera en la que Jungkook permanecía en un ángulo bastante impresionante— ¡Esa flexibilidad no la tiene ni Obama! ¿O cómo era?

—A tí no te sale, cállate. —otro chico apareció comiendo una rebanada de pizza. 

—¡¿Changkyun?! —gritó Jungkook apartando de una patada a TaeTae. 

—¡Llegué, motherfucker! Deja de coger y ven a saludarme que no tengo todo tu puto tiempo.