ꕤ 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐 [𝑪𝒉𝒂𝒓𝒂𝒄𝒕𝒆𝒓 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

54. || 𝑹𝒊𝒎𝒖𝒓𝒖 𝑻𝒆𝒎𝒑𝒆𝒔𝒕 || 𝑻𝑺𝑺𝑫𝑲. 【𝔸𝕌】

Dedicado: Paciencia.

Título:

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[Soulmate AU]

“Un hilo rojo guía hacía el alma gemela de un individuo.”

 
Con su mirada dorada, la cual dejaba en evidencia la profunda curiosidad que reinaba en sus adentros, contemplaba con sumo interés el dorso de su diestra mano detenidamente. Desde las diversas perspectivas de aquellos quienes posaban su atención con notable extrañeza sobre el distante joven humanoide, quien carecía de una estatura sobresaliente, que simplemente parecía buscar algún indicio de singularidad en su extremidad.

 
Ante los curiosos ojos de los dichosos seguidores del centrado humanoide; solo se presentaba la absoluta nada. Sus miradas no poseía aquel nivel de poder, además de abundante aura intimidante, que llevaba consigo el mencionado joven distanciado.

 
Sin embargo, al contrario de los extrañados seguidores, aquel muchacho de mirada resplandeciente en atractivo dorado cautivador: podía contemplar una irregularidad en su mano derecha.

 
Ahí, envolviendo cual asfixiante serpiente a sus víctimas, se encontraba un singular y fino hilo alargado; poseedor de un majestuoso color rojo carmesí y un brillo seductor en su extendida extensión.

 
Entrecerró sus ojos con visible irritación; desviando su atención hacía sus fieles seguidores más cercanos, además de éstos poseer las tareas más importantes entre las filas de su pueblo, para contemplarlos a tan solo unos metros de su ubicación. Se hallaban serenos y sonrientes al entablar diversas conversaciones.

Molestas dudas, además de amarga confusión, se presentaron en el pecho del joven líder de los monstruos. Su estado irritable se debía a la repentina aparición de aquel hilo escarlata, supuestamente inofensivo hasta ahora para el muchacho, y al extraño comportamiento de sus camaradas.

El plateado líder esperaba que, al momento de la aparición imprevista del hilo rojo, sus compañeros hubieran presentado una reacción recelosa hacía éste último. No obstante, sorprendente mente, aquello no se dió lugar. Los monstruos humanoides se encontraban relajados e ignoraban por completo la continua presencia de aquel hilo carmesí que alteraba los nervios del joven líder.

 
— Benimaru. —llamó el muchacho a su fiel subordinado; quien poseía una alborotada melena rojiza, mirada temeraria, un par de cuernos azabaches sobresaliendo de su cabellera pelirroja y una inquebrantable lealtad absoluta hacía su amo y líder.