ꕤ 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐 [𝑪𝒉𝒂𝒓𝒂𝒄𝒕𝒆𝒓 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

𝟔𝟑. || 𝐑𝐚𝐯𝐢𝐨 || 𝐓𝐋𝐎𝐙: 𝐀 𝐋𝐢𝐧𝐤 𝐁𝐞𝐭𝐰𝐞𝐞𝐧 𝐖𝐨𝐫𝐥𝐝𝐬.

Dedicado: Escritora-chan.

Título:

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• |  𝕯𝖚𝖑𝖈𝖊𝖘 𝕻𝖆𝖑𝖆𝖇𝖗𝖆𝖘  • |
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Ingresó a la hogareña tienda con la mirada dirigida a sus pies, su mente siendo arrasada por pensamientos negativos, mientras que sus piernas la guíaban hacía los cálidos interiores de la vivienda ahora transformada en un establecimiento en el que se podían alquilar o comprar armas de gran eficiencia durante aquellos oscuros tiempos que se cernían sobre el reino.

Un suspiro, desde los más profundo de su agotado ser, escapó de entre sus labios. Los párpados de sus ojos se mantenían sellados en una clara muestra de cansancio.

— ¡Oh! —una voz masculina, suave y animada, exclamó con asombro antes de agregar: — ¡Buenos días, señorita cliente! —saludó con un atisbo de emoción siendo palpable en su tono de voz juguetón.

Ante aquella voz, siendo apreciada con dulzura por sus atentos oídos, liberó de su encierro su mirada mientras que elevaba su rostro en la dirección que provinieron aquellas palabras animadas. Una sonrisa surcó su rostro en cuanto su mirada se cruzó con la figura de aquel varón de curiosa apariencia.

Portando una vestimenta de tonalidad púrpura, semejante a un peculiar disfraz, con un cinturón de cuero que tenía plasmado el símbolo de la reluciente moneda usada en el reino, una alargada bufanda en franjas negras y de un oscurecido azul se situaba alrededor de su cuello para brindar cálidez en aquella zona mientras que, lo más llamativo de aquellas ropas, una capucha, de grandes ojos zafiros y pupilas rasgadas, de enormes orejas cual tierno conejo podían contemplarse al mantenerse firmes sobre la escondida cabeza de aquel joven que ocultaba su rostro en el interior de la singular capucha.

— ¿En qué puedo servirte hoy, señorita cliente? —cuestionó el muchacho detrás de la capucha que ocultaba los rasgos de su misterioso rostro del mundo.

El sonido de su serena voz, con un deje de diversión siendo fácilmente reconocido, purificó su mente de los pensamientos negativos que la invadían con persistencia. Dejando que nuevos pensamientos, bañados en rosas y decorados con figuras de corazones, se hicieran presentes mientras que su órgano de vital importancia abandonaba su serenidad para adentrarse en un frenético ritmo de alterados latidos eufóricos.

Con pasos calmados, manteniendo las facciones de su rostro relajadas y el rubor que amenazaba con situarse en sus mejillas controlado, se aproximó hacía el joven vendedor con una fingida aura de calma rodeando su persona. Mientras que su interior luchaba por mantenerse estable.