ꕤ 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐 [𝑪𝒉𝒂𝒓𝒂𝒄𝒕𝒆𝒓 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

𝟓𝟔. || 𝐒𝐚𝐭𝐨𝐫𝐮 𝐆𝐨𝐣𝐨𝐮 || 𝐉𝐉𝐊.

Dedicado: Shoco_Late

Título:

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“Para ti; quien siempre ha apoyado a ésta escritora problemática.”

Sus orbes, poseedores de una hermosa mezcla entre el armonioso zafiro y el absorbente grisáceo, se centraban con sumo detenimiento sobre el sonriente rostro de un animado hombre a la distancia que mantenía una jovial conversación con un extrañado adolescente de hebras rosadas en sus alborotados mechones. Éste último mencionado parecía no comprender del todo las palabras dichas por el mayor frente a su persona.

Entrecerró su mirada, siendo éstas como filosas dagas sobre la peculiar melena albina que se ubicaba con altanería sobre la cabeza del sonriente varón lejano, para analizar con más interés al vigilado profesor de oscura vestimenta azabache.

La joven adolescente, quien parecía reacia ha apartar sus orbes de la imponente figura del mayor en el lugar, contemplaba con suma atención la apariencia de aquel albino:

Cabellera que era dueña de una absoluta blancura marcada en el color de la pureza, tez nívea y llamativa ante su pálido tono, una estatura superior a cualquier otro hombre en la academia, cuerpo bien trabajado, por lo que aquella muchacha pudo apreciar un buen día; había tropezado por un tonto descuido de su parte, bastante vergonzoso e hiriente para su orgullo, sin embargo, aquel adulto que ejercía como una autoridad educativa para los aprendices hechiceros estuvo en el momento preciso para atrapar a la chica antes de que ésta terminara en el suelo, en lugar de eso, terminó sobre la figura del varón que se mantuvo firme en su lugar. Apreciando por la cercanía, a través de las prendas, los marcados abdominales del contrario. La felina sonrisa del mayor provocó un aumento de su sonrojo en aquella situación pasada.

Los orbes de la fémina habían contemplando todo aquello que dejaba a la vista la apariencia de su travieso profesor. No obstante, había algo, un pequeño detalle que podría no ser importante pero que valía el mundo y sus horas de sueño perdidas al pensar en aquel misterio durante el resto de la fría noche en las entrañas de la oscuridad de su habitación personal, una pregunta que rondaba por su mente desde hace un tiempo atrás.

« ¿De qué color son los ojos de Gojou-sensei? »

Un absoluto misterio era aquello, sumido en la más remota frialdad de la imaginación, debido a que la adolescente no podía tener una sólida imagen de la tonalidad de aquellos ocultos orbes del joven adulto.