ꕤ 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐 [𝑪𝒉𝒂𝒓𝒂𝒄𝒕𝒆𝒓 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

19. || ⇨ 𝓢𝓮𝓼𝓼𝓱𝓸𝓶𝓪𝓻𝓾 ⇦ || 𝘐𝘯𝘶𝘠𝘢𝘴𝘩𝘢. ✔

Dedicado: Saragd04

Título del One-Shot:

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》• F E L I C I D A D •《

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Advertencia:

Personaje un poco fuera de si. Más hablador y algo cariñoso.

Con el inicio del amanecer y los mañaneros cantares de las aves fue que una figura femenina, algo pequeña, comenzó a despertar de su profundo y placentero descanso. Sus somnolientos ojos se abrieron, siendo cerrados nuevamente al recibir los molestos rayos del sol, mientras alzaba sus brazos con firmeza para estirarse lo más que le permitían sus extremidades.

Bostezo con una de sus manos cubriendo su boca.

Observo a su alrededor cuando sus ojos se acostumbraron a la luz mañanera. Donde pudo apreciar como aquella pequeña niña humana dormía plácidamente sobre un durmiente demonio, Ah-Uh, y junto a la infante se hallaba el diminuto demonio de tez verdosa y grandes orbes dorados. Los tres compartían su lugar de sueños para brindarse calor entre ellos en las frías noches al aire libre.

Sonrió divertida por la escena al imaginarse la cara de desagrado que pondría el verdoso demonio al encontrarse de esa manera junto a los otros.

De un ágil salto se coloco de pie. Ahora buscando con su mirar al dueño de unos hermosos y largos cabellos plateados. Pero, como se lo esperaba, no lo encontró por ningún lado. Se encogió de hombros, restando le importancia, para dirigirse hacia cierto lugar con pasos calmados y suaves, silenciosos, procurando no despertar a los durmientes seres que descansaban sin ningún tipo de preocupación. Le llevo algunos minutos llegar, pero lo logro, allí frente a ella se encontraba un pequeño río de cristalina agua.

Se arrodillo al borde de este, para hundir sus manos en el y mojar su rostro con el liquido recogido en sus palmas, despertando por completo gracias al frío pero refrescante contacto de las aguas con su rostro. Ahora ya podía iniciar mejor el día. Miro su reflejo en el río, quien le devolvió la mirada con unos azulados orbes felinos tan profundos como el mismísimo mar, observo su despeinada melena larga de un fuerte color azabache y como de esta sobresalían un par de tiernas orejas que se movían de vez en cuando al captar el más minúsculo sonido.