ꕤ 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐 [𝑪𝒉𝒂𝒓𝒂𝒄𝒕𝒆𝒓 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

𝟔𝟎. || 𝐓𝐨𝐦 || 𝐓𝐀𝐉【𝔸𝕌】

Dedicado: Vergüenza.

Título:

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Hybrid AU

 
El cantar de las aves mañaneras, que poseían un hermoso plumaje azulado, se colaba a través de la ventana que se encontraba de puertas abiertas y cortinas despejadas permitiendo así no solo que las esplendidas melodias de los pequeños seres emplumados inundara la lujosa sala de estar de una enorme vivienda de grandes jardines; sino también: los frescos vientos de la serena y silenciosa mañana que se presentaba en aquel pacifico día.

La paz que se percibía en los alrededores de aquel hogar era sumamente extraña. Su envolvente silencio era aterrador, confuso y aturdidor. Las viviendas vecinas de aquella lujosa casa y sus respectivos inquilinos no podían evitar el lanzar  miradas furtivas con evidente curiosidad hacía aquel hogareño edificio de dos plantas.

Miradas curiosas y confusas se posaban sobre la vivienda de suaves tonos ante el profundo silencio que de ésta se lograba apreciar con recelo.

Su absoluto silencio era la razón por la cual las personas depositaban sus filosas miradas en el hogar mientras murmureos se dejaban escuchar de sus confundidas voces al susurrar teorías al azar. La impecable vivienda era conocida, además de extrañamente famosa, por permanecer la mayor parte de las horas, sea noche o día, en extremo alboroto. Gritos, quejidos y maldiciones podían oírse desde la gran distancia.

Fue así que la vivienda obtuvó su singular fama. Una fama que se basaba en los escándalos de quienes hacían de aquella casona su cálido y dulce hogar. Y quienes no tenían ni la más remota idea de su dichosa fama fuera de las paredes de relajantes tonos pasteles.

Al sumergirse en los interiores del pacifico hogar, dejando atrás los rumores que soltaban las personas al contemplar la vivienda desde sus hogares o al cruzar frente a ésta, se podía deslumbrar, como ya se había mencionado con anteoridad, una hermosa sala de estar que disponía de las mejores comodidades y lujos que se podían esperar en una vivienda como lo era aquella.

Sobre un sofá, que resultaba irresistiblemente cómodo para un adolorido cuerpo y cansada vista, se hallaba tendida con evidente vaguesa la figura femenina de una joven adolescente; de mechones largos y rizados que poseían un tono castaño-rojizo, orbes verdosos que reflejaban con pesar un terrible aburrimiento, tez ciertamente bronceada pero sin exagerar en su actual color, llevaba consigo una blusa de tirantes de un tono rosa pastel, shorts blancos y ajustados que remarcaban sus muslos y, por un último, se encontraba completamente libre de cualquier tipo de calzado.