ꕤ 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒊𝒅𝒐 𝑯𝒖𝒔𝒃𝒂𝒏𝒅𝒐 [𝑪𝒉𝒂𝒓𝒂𝒄𝒕𝒆𝒓 𝒙 𝑹𝒆𝒂𝒅𝒆𝒓]

| ༺ BONUS: Bill Clave ༻ |

Pedido: Saralyn_Z

┌── - ─── - ─── - ──┐

》• EXTRA •《 

└── - ─── - ─── - ──┘

Su respiración se encontraba agitada.

La temperatura de su cuerpo elevada, hasta casi sofocarla, y su rostro adornado por un intenso color rojizo por consecuencia de la vergüenza que sentía en ese preciso momento. Sus temblorosas extremidades hacían lo posible por sujetarse con fuerza del cuello masculino y no desfallecerse por las nuevas sensaciones que la invadían. Mantenía sus labios sellados con firmeza y decisión. Queriendo evitar que algún sonido indecente escapara de ellos.

Un escalofrío - desgraciadamente agradable - recorrió su cuerpo cuando una mano ajena se colo con descaro por debajo de su camiseta y descendió desde su pecho hasta su vientre. En una suave y curiosa caricia.

Sin poder evitarlo un pequeño gemido se dejo salir de entre sus labios.

Rápidamente llevo sus asustados ojos (C/o) hacia la intensa mirada dorada que la observaba con detenimiento. Queriendo ver cada una de sus expresiones y reacciones. Aquella mirada dorada expresaba diversión, con un brillo juguetón, mientras que la curiosidad en estos era sobresaliente. A diferencia de los ojos (C/o), los cuales, expresaban inseguridad y un minúsculo deseo que trataba de ser reprimido por la dueña de estos.

¿Por qué estaban en esta situación?.

La joven adolescente no lo sabía. No tenía idea.

Habían pasado un par de semanas desde que aquel chico de melena dorada, quien en verdad era un demonio que poseía una curiosa apariencia triangular con un único ojo en este más otros pequeños detalles en su pequeña figura de oro, le había confesado lo que en verdad quería de ella. Lo que quería conseguir con ese trato. Y vaya que estuvo en desacuerdo. Juraba no aceptar aquello y que mataría al, ahora, muchacho de parche si intentaba pasarse de listo...pero...en este exacto momento...no sabía que le había sucedido.

Analizo su situación.

La muchacha de cabellos (C/c) se encontraba sobre su cama, siendo acorralada entre el suave colchón y la figura masculina del rubio, con sus brazos enrollados en el cuello del chico, como si de una llave de lucha se tratara, sus piernas separadas dándole acceso a la rodilla del chico quien brindaba con esta leves masajes en su zona prohibida. Una de las manos del contrario se hallaba de intrusa en el interior de su camiseta, regalando le de esta manera dulces toques en su delicada y sensible piel, mientras que la otra se encontraba a un costado de su cabeza para sostener el peso de su cuerpo. De esta misma forma su única pierna libre hacia lo mismo, aunque con más exactitud era su rodilla, la que mantiene el peso sobre el agradable colchón.