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Fleamont y Euphemia Potter estaban fuera de su hogar por unos asuntos del Ministerio

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Fleamont y Euphemia Potter estaban fuera de su hogar por unos asuntos del Ministerio. La mujer podría haberse quedado en su casa pero quería darle algo de tiempo libre a los chicos para que disfruten sin presencia de mayores.

Sirius, Alex y James disfrutaban de la soledad de la casa. El pelinegro y el azabache insistían en hacer una fiesta, pero la chica no estaba tan segura de eso.

–Si tus padres se enteran, nos matarán. –dijo apretando sus labios. –Además.. Sólo salieron durante el día, en la noche regresarán.

–Tú tranquila. –dijo Sirius mientras buscaba botellas de alcohol en un estante de la sala de estar.

–La vida es una.

Alex rió ante lo que James dijo y asintió, sabiendo que el par no cedería y terminarían realizando la fiesta igual.

Era algo tonto, ya que querían realizar la fiesta en la noche y los padres de James volverían en la tarde. Pero Alex supuso que Euphemia no se podría negar ante el encanto de sus hijos y accedería al ver la emoción y cómo habían acomodado todo.

–¿A quién invitarán? –preguntó ella mientras se dejaba caer en el sillón.

–Avisaremos a algunos tejones y águilas, pero no a los que pertenecen al grupo de estúpidos. –dijo Sirius haciendo una mueca de asco, Alex rió y suspiró pesadamente al oír que tocaban la puerta.

James y Sirius la miraron con el labio inferior hacia afuera haciendo que ella se queje mientras se revolcaba contra el sillón.

–¡Ve tú! –gritó Sirius mientras le lanzaba un almohadón. –Te toca.

–¡Oye! Maldito pulgoso. –se quejó mientras se levantaba y le lanzaba el almohadón.

Alex refregó sus ojos mientras caminaba hacia la puerta. Se acomodó vagamente su cabello para hacerlo lucir mejor ya que esa mañana no se había cepillado el cabello.

–Si es algún vecino grita y escondemos las bebidas. –dijo James mientras revisaba el estante.

–Oh, claro. ¿Solo grito? Eso no sería para nada sospechoso.

El azabache la miró mal y ella reprimió una risa mientras abría lentamente la puerta. Frunció el ceño notablemente al ver quiénes se encontraban detrás.

Alex pudo sentir cómo su cuerpo se tensaba y su boca se quedaba seca. La respiración quedó atascada en su pecho y parpadeó varias veces ante la claridad del exterior y el shock que tenía, quería verificar que no esté viendo mal.

–Mamá, papá. –murmuró.

Alex pudo oír cómo una botella se estrellaba contra el suelo, Sirius había dejado caer una botella al oír lo que su mejor amiga decía. James con un movimiento de varita limpió los restos de ron y miró hacia la puerta, aunque no tenía una buena vista desde allí.

THANTOPHOBIA; James PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora