❝Tipo de ansiedad que tiene que ver con el miedo a la muerte, el proceso de morir o perder a un ser querido.❞
Con la llegada de la guerra, James Potter tiene miedo de perder a las personas que ama.
Hay gente que tiene miedo de morir, el simple hecho...
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James y Sirius esperaban pacientemente a que Harry, Samantha y Remus bajen del tren, el andén estaba abarrotado de gente, era casi imposible ver quiénes bajaban del mismo.
Estaban ansiosos por verlos. Les habían dado unas pequeñas vacaciones por las fiestas de fin de año, y por fin los podían ver luego de unos meses.
Harry y Samantha desde un principio dijeron que querían revelar a qué casa pertenecían cuando los vieran, según ellos para dar más misterio.
Y en parte eso también influía en la emoción de Sirius y James.
Sirius suspiró con impaciencia, pero a los segundos comenzó a caminar hacia un lugar específico. Remus se encontraba allí, junto a su maleta y valija.
James vio desde lo lejos como se fundían en un apasionado beso, recibiendo algunas miradas tiernas de quienes estaban allí, aunque las miradas de asco no faltaron.
–Potter.
El nombrado giró y se encontró con Lucius Malfoy, que sonreía con arrogancia. A diferencia de antes, llevaba su cabello más largo y completamente lacio, a su lado se encontraba un pequeño niño, de primer año supuso él.
No se habían cruzado desde la primer guerra mágica, y no sabía cómo reaccionar. Lo primero que quiso hacer fue golpear su rostro.
–Malfoy, deberías estar en Azkaban ¿no? Si mis cálculos no fallan.
Lucius amplió su sonrisa. Iba a decir algo pero fue interrumpido por dos gritos, James volteó y se encontró a Samantha y Harry, que caminaban a él con grandes sonrisas.
Ignorando completamente al otro hombre, se acercó a ellos y los abrazó con fuerza.
–Hola, pequeños revoltosos. –besó sus frentes para luego dejarlos en el suelo. –Los extrañe.
–Y nosotros a ti. –respondió la niña.
–Lo dudo, apenas recibí cartas. –cruzó sus brazos fingiendo enojo. –¿Muy ocupados haciendo bromas?
–No hicimos ninguna. –dijo Harry.
James cerró sus ojos unos segundos para luego abrirlos, alarmado.
–¡¿Cómo que ninguna?! Los desconozco, no son mis hijos.
Ambos rieron y al segundo gritaron con sorpresa, ya que Sirius los abrazó por atrás haciéndolos asustar.
–Un pequeño Gryffindor, ese es mi ahijado. –exclamó James al ver la bufanda de los leones.
–Veo que te encontraste a Lucius. –dijo Remus llegando a su lado. Ambos se abrazaron y comenzaron a caminar hacia la salida. –Su hijo es igual que él.
James frunció la nariz con asco.
–¿Molesta personas?
–Todo el tiempo. –habló Harry entrando a la conversación. –Molesta a Ron y Hermione.
