| 𝟮𝟬 |

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Alex se quejó la mañana siguiente, un dolor de cabeza y de cuerpo se encontraban presentes

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Alex se quejó la mañana siguiente, un dolor de cabeza y de cuerpo se encontraban presentes. Era horrible.

Se sentó sobre el suelo, donde se había quedado dormida, y luego de unos segundos de quedarse mirando a la nada se levantó.

Bostezó mientras refregaba sus ojos, y acomodó su top que dejaba ligeramente su brasier a la vista para que tape todo correctamente.

Su cuerpo tenía manchas de pintura por todos lados, y su cabello estaba hecho un desastre.

Comenzó a caminar por la sala arrastrando sus pies, y pegó un pequeño grito al ver la escena enfrente suyo.

Cornamenta se encontraba tirado en el suelo, el ciervo tenía la corona de flores de Sirius sobre su cabeza y dormía con su boca abierta.

Canuto estaba a su lado, con la panza hacia arriba, el perro tenía su lengua hacia fuera y caía de costado.

Remus estaba completamente desnudo, a excepción de una hoja de la palmera del vecino que se encontraba tapando su parte intima.

Alex se quedó unos segundos asimilando todo, y luego negó con su cabeza mientras reía. Se acercó a la mesa del living y tomó la cámara para sacarles varias fotos.

Luego, buscó su varita sobre la mesada del lugar, pronunció un Sonorus y sonrió arrogante.

–¡Arriba! Es hora de levantarse.

Varios quejidos sonaron. Cornamenta refunfuñó mientras se levantaba y tambaleaba en su lugar, haciendo que sus patas choquen con fuerza en el suelo de madera.

Canuto ladró sobresaltado y gruñó al ver la actitud de la chica.

Remus se sentó, y luego de asimilar su estado se levantó y tapó su zona íntima para comenzar a correr hacia la habitación de Sirius. Aún así, dejó su trasero a la vista.

–Tiene un trasero increíble. –dijo Sirius ya en su forma humana.

–Que envidia. –murmuró ella estando de acuerdo. –¿Qué sucedió anoche?

–No recuerdo nada. –murmuró James bostezando.

–¿En qué momento se transformaron?

Ambos chicos elevaron sus hombros sin saber.

–Lo único que recuerdo es que se fueron todos y quedamos nosotros cuatro.

Remus llegó con sus mejillas rojas de la vergüenza y cambiado por completo. Su cabello también estaba hecho un desastre.

–Debemos limpiar todo esto antes de que tus padres lleguen, nos matarán. –dijo Remus.

–No, no quiero. –se quejó Sirius. –Quiero dormir mil años.

James se acercó a Alexandra y soltó una carcajada al ver toda su espalda y piernas llenas de pintura.

–Espero que se quite de la ropa.

THANTOPHOBIA; James PotterWhere stories live. Discover now