❝Tipo de ansiedad que tiene que ver con el miedo a la muerte, el proceso de morir o perder a un ser querido.❞
Con la llegada de la guerra, James Potter tiene miedo de perder a las personas que ama.
Hay gente que tiene miedo de morir, el simple hecho...
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Alexandra fue la primera en despertar, bostezó fuertemente mientras refregaba sus ojos. Era temprano, pero tenía muchas cosas que hacer en el día.
Se giró hacia su izquierda, encontrándose a James que dormía plácidamente.
Mantenía sus ojos cerrados y el entrecejo algo fruncido, su boca estaba entreabierta y respiraba profundamente, de vez en cuando soltaba un ronquido.
Las mantas de color blanco tapaban su torso desnudo, pero sus brazos estaban por fuera y los mantenía cerca de su pecho logrando que sus músculos resalten.
Su cabello estaba hecho un desastre, y caía por todo su rostro de forma desordenada.
–Sé que soy hermoso, disimula un poco.
Alex se sonrojó y rodó los ojos mientras se recostaba boca arriba, pero James lo impidió tomándola de la cintura y acercándola a él.
–Buen día. –dijo ella.
–Buen día, acosadora.
–No te estaba acosando.
–Ajá. –dijo irónicamente mientras se separaba un poco para verla a los ojos. –Creo que tienes un poco de baba aquí. –la molestó mientras pasaba el pulgar por su barbilla, fingiendo limpiar.
–Basta. –dijo golpeando su mano.
Él rió mientras volvía a cerrar sus ojos y la acercaba nuevamente a él, Alex reposó su cabeza en el hueco de su cuello y se relajó.
–Debo levantarme.
–¿Por qué?
–Hoy vamos a ir con Sirius a ver el vestido.
James sonrió inconcientemente y abrió sus ojos. Un revoltijo se encontraba presente en el estómago de ambos, faltaba poco para la boda, y aún no eran del todo conscientes.
–¿Puedo ir?
–Por supuesto que no.
James se quejó en voz baja y se separó de ella para ver sus ojos verdes.
–¿Por qué no?
–Es mala suerte.
Él la miró mal.
–No nos dará mala suerte.
–No.
–Por favor. –insistió con un puchero. Ella rió y dirigió su mano a su mejilla.
