❝Tipo de ansiedad que tiene que ver con el miedo a la muerte, el proceso de morir o perder a un ser querido.❞
Con la llegada de la guerra, James Potter tiene miedo de perder a las personas que ama.
Hay gente que tiene miedo de morir, el simple hecho...
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Nota: Me inspiré con algunas canciones, que si quieren pueden escucharlas mientras leen. Heal de Tom Odell, Lights AreOn de Tom Rosenthal, Je te laisserai des mots de Patrick Watson y Anchor de Novo Amor.
Lo peor era el despertar.
Extrañaba despertar y verla a su lado, con el cabello desordenado y expresión tranquila.
La noche anterior le había costado dormir, luego del pequeño incidente en el baño y un té que Remus le había obligado beber, consiguió dormir, teniendo éxito luego de tres horas.
Era temprano, el mes de abril aún contenía días de frío, y este era uno de ellos. James suspiró y se quedó sentado en el sofá, había decidido no dormir en su cama por un tiempo.
Las sábanas aún contenían su perfume, al igual que la habitación y todo lo que esta tenía, y eso le hacía mucho peor. Sentía que estaba escapando de la realidad, pero en estos momentos mucho no le importaba.
James tapó su cuerpo con la manta y se quedó allí, mirando un punto fijo. Un pequeño maullido llamó su atención, bajó la mirada y se encontró con Olivia que se refregaba contra sus pies.
Se estiró y acarició su lomo varias veces. Olivia, encantada con el gesto, se subió al sofá y se acurrucó a su lado, entrando en calor y ronroneando.
James suspiró y miró a la gata con atención, no quitaba su vista de él. Otro maullido se oyó.
–Hey. –susurró acariciándola nuevamente. –Lo sé, yo también la extraño.
Se quedó allí un rato, hasta oír las pisadas de Sirius bajar por las escaleras. No se volteó, ni siquiera sentía fuerzas como para hacerlo.
–Hola. –saludó Sirius en un susurro.
James movió ligeramente su cabeza y continuó mirando al pequeño animal a su lado.
–Remus querrá que te cambies.
Lo miró sin entender, con el ceño fruncido y sin ánimos de levantarse.
–¿Y eso por qué?
–El funeral, Cornamenta.
James rápidamente negó con su cabeza. Se negaba a ir, no.
Había olvidado por completo que esa tarde era el funeral.
No quería ver a su chica en un ataúd, ver a toda esa gente que lo único que haría sería sentir pena por él y dedicarle palabras vacías. Se negaba a ver su cuerpo ser trasladado bajo tierra, no estaba listo para todo eso.
–No iré.
Sirius abrió su boca para decir algo pero al instante la cerró, caminó y se sentó del otro lado, dejando a James entre el animal y él.
