Como una Luthor

5.9K 426 504
                                    

Narras tú

Ya había pasado una semana de que nuestra luna de miel comenzó, habíamos recorrido muchas ciudades de Italia y acordamos que en los años próximos nos dedicaríamos a recorrer la mayoría de países que pudiéramos para conocer la cultura.

Ahora nos encontrábamos viajando hacia Sudamérica para visitar algunas atracciones turísticas que Katie quería visitar.

Empezamos la semana yendo hacia la Isla de Pascua, en Chile. Al llegar nos recibieron amablemente y nos guiaron hacia nuestra habitación de hotel.

–¿Vamos a comer?– rió –No te rías, tengo hambre– se quitó la camiseta.

–Ve a comer, me daré un baño– se bajó el pantalón y mordí mi labio.

–Ahora no es comida lo que quiero– sonrió y me indicó que la siguiera a la ducha.

Unos veinte minutos después estábamos en un restaurante, pedimos algo de comida y al terminar nos dirigimos a la playa.

Nos quitamos la ropa superior para quedar en traje de baño y relamí mis labios viendo el cuerpo de Katie.

–¿Me ayudas?– levanté mi vista y luego miré su mano, tomé el protector solar que me extendía y asentí de inmediato recostó y eché un poco de protector en mis manos para después pasarlas por su espalda. Bajé hacia su trasero y aproveché para apretarlo y manosearlo, lo cual provocó su risa.

–Deja mi trasero en paz– sonreí.

–Nunca– le di una sonora nalgada.

–¡_____!– se quejó y reí.

–Es eso o lo muerdo, escoge– suspiró.

–No tienes remedio– dijo riendo y me recosté sobre ella.

–No quiero sanarme– mordí su cuello y reímos, besé su mejilla y me acomodé para seguir con sus piernas.

Pasé mis manos por todo su cuerpo para dejar el protector, luego ella me ayudó y después de un rato fuimos a bañarnos.

———

–¡Qué hermosa eres!– le grité mientras le tomaba fotos con los moáis y me sonrió ampliamente.

Caminó hacia mí para darme la mano y seguir caminando por la colina.

Caminó hacia mí para darme la mano y seguir caminando por la colina

Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.

Un rato después solté su mano y miré la cima.

–Quiero subir allí a sacarme una foto– Katie negó de inmediato pero yo ya iba corriendo.

–¡Te vas a caer!– escuché justo antes de tropezarme y rodar por unos metros montaña abajo –¡Amor!– caminó hacia mí y comencé a reírme.

–Tenía que intentarlo– el camino estaba húmedo, así que quedé llena de lodo y Katie me ayudó a levantarme.

–Ensuciaste tu ropa– me miré y reí.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Onde histórias criam vida. Descubra agora